El padre Julio Carrillo Gaucín, Vicario general de la Diócesis de Gómez Palacio informó sobre los cambios a efectuarse para la celebración del Miércoles de Ceniza con la finalidad de disminuir los riesgos de contagios por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad covid-19, mismos que están apegadas a las modificaciones emitidas por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Curia Romana.
En el calendario litúrgico se establece que en el 2021, el Miércoles de Ceniza será el próximo 17 de febrero, día con el cual empieza la cuaresma.“La cuaresma es un tiempo especial de preparación para la pascua y este tiempo de preparación, inicia con la imposición de la ceniza”, enfatizó el también párroco de la catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.
En este año en donde la pandemia aún representa un riesgo de salud, la iglesia católica tomó la determinación de modificar su tradicional rito de imposición de la cruz, y en lugar de ponerlo en la frente, dejarán esparcir la ceniza por la cabeza.
Otra modificación es que en lugar de que el sacerdote esté con cada persona para decirle “arrepiéntete y cree en el evangelio”, la frase se exclamará en voz alta para dirigirla a todo el grupo de fieles creyentes presentes.
“Serán celebraciones pequeñas, con el menor contacto que se tenga con las personas” enfatizó.
Ante la permanencia del color naranja en el semáforo epidemiológico para Durango, los templos religiosos solamente tienen permitido el ingreso del 35% de las personas de su capacidad total, además deben mantener los protocolos de higiene como procurar la sana distancia, uso de cubrebocas obligatorio y las acciones de desinfección.
Las modificaciones para la celebración del Miércoles de Ceniza el próximo 17 de febrero, así como las medidas de higiene se tendrán que implementar en las 38 parroquias y 6 capellanías que conforman la Diócesis de Gómez Palacio.
Julio Carrillo invitó a la comunidad a mantener el acercamiento a Dios, “y el acercamiento será a través de la conversión, es volver a Dios, a quien le hemos dado la espalda con nuestras acciones y actitudes y van a ser tiempos muy difíciles y nos conviene estar en paz con Dios, con la familia con uno mismo y empezar un proceso de conversión”.
Desde que empezó la contingencia sanitaria en el país en marzo del 2020, la Diócesis de Gómez Palacio reporta diez sacerdotes que dieron resultado positivo al SARS-CoV-2, del total de este grupo, nueve están fuera de peligro, uno más está en tratamiento y acompañamiento médico, y lamentablemente va un fallecimiento.
EGO