En la búsqueda por el sueño americano, cientos de migrantes son detenidos y llevados a un centro de detención, como el Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, el cual sufrió un incendio que terminó con la vida de 39 migrantes.
Uno de ellos es Samuel, quien en entrevista para MILENIO dijo conocer a Orangel López Guerrero, migrante fallecido en el incendio en Ciudad Juárez, y quien, una semana antes, había realizado un viaje con él para llegar a Estados Unidos.
Lo recuerda como alguien con una gran voluntad, que había seguido su objetivo "sin importar nada", aferrándose "sin importar las veces que lo devolvieran”.
“Lo conocí a él cuando estuve en Piedras Negras, en el refugio, luego a él lo deportaron, días después él salió y anduvimos por Villa Hermosa. Luego me dijo que se iba a mover hasta Ciudad Juárez. Cuando estuvimos ahí hablamos, el domingo me escribió, y me dijo que estaba esperando un permiso migratorio. Estaba desesperado por entrar (a Estados Unidos). A mi hermano ya se lo habían dado y había entrado a Estados Unidos”.
El domingo pasado, Samuel y Orangel habían coincidido, y al tener el mismo camino, lo recorrieron juntos bajo la ilusión de llegar a territorio estadunidense sin ser deportados.
“(Para hacer el viaje) tienes que pasar por Honduras (y él) pasó por el lado de donde soy de Paraíso, y el pasó por aquí y así fuimos socializando y seguimos el camino. Una excelente persona”.
Entre el viaje y la charla, la amistad se formó entre ambos, y los hizo unidos al compartir cuestiones de vida.
“Él me dijo que era hijo único y que lo habían criado los abuelos. El tenia 23 años. Lo recuerdo de manera entusiasta. Una excelente persona, un excelente ser humano, como todo migrante que va al sueño americano, mira como terminó la vida de él”, dijo.
Sin embargo, al ser detenidos en su recorrido, vivieron juntos la experiencia de estar bajo custodia del operativo de migración.
“Nosotros cuando estábamos en Piedras Negras, tú sabes la desesperación, los baños, convives en los baños, comes en los baños, mucha gente en una habitación muy pequeña. No hay en donde pararse, si te paras te paras en un compañero tuyo”.
Sin embargo, al ser notificados de un posible permiso para trabajar en Estados Unidos les hizo mantenerse firmes en busca del sueño americano, sin importar los riesgos que encontrarán en su camino.
“Había una determinación de migrar que no tiene otro sentido que la voluntad de dios. Él siempre había seguido sin importar nada, sin embargo le habían prometido un permiso migratorio de parte del gobierno de Estados Unidos el cual le hizo aferrarse a su camino sin importar las veces que lo devolvieran”.
“Mira mano yo quisiera regresar a Venezuela, (pero a este punto) ya has pasado por 8 o 7 países solo para llegar a México, y tu sabes lo que de largo, (aunque) cuanto quisiera regresar”.
Aunque Samuel admite que en ningún momento tuvieron certeza de que encontrarían un trabajo seguro en tierra americana, siguieron su camino, aunque en cierto punto se separaron. Fue de esta manera que días después conoció la noticia de que su amigo de viaje había fallecido en el centro de detención de Ciudad Juárez.
“Sin palabras, como te digo, aparte de que te encierran, prácticamente peor que un perro, porque un perro encerrado mira el cielo de noche, uno cuando esta encerrado no ve nada, ni que te metan agua, no tienen derecho a nada, eres un inmigrante, cuando estas adentro tu derecho no vale, cuando quieres regresar a tu país te ponen un montón de trabas”.
Sin embargo, aunque Orangel fue notificado como fallecido en una lista, en otra se apuntaba como hospitalizado. Ante esta situación, Samuel dice no conocer más información que la lista en donde conoció que había fallecido su amigo.
“¿Sabes qué fue lo que le paso en ese caso? Que cuando él estaba en Piedras Negras, la desesperación te mata. Te mantienen ahí demasiado tiempo para decirte que te van a deportar. Qué les cuesta decir, te vamos a deportar, firme aquí y te vas deportado".
"Pues entonces ya lo había platicado con un reo (de armar) un intento de fuga. lo único que quieres es salirse de la cárcel a modo de protesta en las instalaciones. Eso mismo creo que fue lo que paso, en forma de protesta incendiaron la cárcel y no les dejaron salir”.
A pesar de las muertes acumuladas por el incendio en Ciudad Juárez, la nula promesa de trabajo y los constantes peligros que existen en el viaje, Samuel no duda en volver a intentar llegar a Estados Unidos.
“Claro, la fe grande, y la necesidad es mucho grande en el país en donde estamos. Y yo lo voy a intentar con la mano de dios que todo me va a salir bien”.
UFH