El proyecto 'Comida Calientita', liderado por Esther Morales Guzmán, ofreció una cena especial por Día de Acción de Gracias para migrantes deportados en Tijuana, Baja California.
El evento reunió a unas 30 personas, en su mayoría mexicanos, quienes convivieron en un ambiente de solidaridad y esperanza.
Esther Morales, originaria de Oaxaca y deportada en 2009 tras vivir varios años en Estados Unidos, inició esta iniciativa en 2016 como una forma de apoyar a quienes enfrentan la difícil realidad de la deportación.
“La deportación no detuvo nuestras vidas. Adoptamos esta costumbre con un corazón grande, celebrando ahora del otro lado de la frontera”, expresó Morales durante el evento.
El menú incluyó pavo, puré de papa y ensalada, platos tradicionales de esta festividad que simbolizan unidad y gratitud. La celebración permitió a los migrantes compartir sus experiencias en el vecino país, incluyendo anécdotas de cómo celebraban con sus familiares.
Morales recordó que la idea del proyecto surgió tras los primeros años que pasó sola en Tijuana, alejada de su familia. Su labor se convirtió en un faro de esperanza para quienes llegan a esta ciudad tras ser deportados.
Ante el cambio de administración en Estados Unidos y las preocupaciones por posibles políticas migratorias más estrictas bajo la presidencia de Donald Trump, Morales aseguró que continuará brindando apoyo.
“Aquí compartimos no solo alimentos, sino un poco de fortaleza para seguir adelante”, concluyó.
MO