La temperatura en Tijuana disminuyó a cuatro grados, muy distinto a los más de 26 grados a los que están acostumbrados los centroamericanos que llegaron a la frontera para solicitar asilo al gobierno de Estados Unidos.
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“Allá es muy caliente, pero estamos acostumbrándonos, ¡obligados!. Igual los niños, deben cuidarlos mucho”, expresó Ana Julia, quien tiene como hogar una casa de campaña, a la que recubre una gran carpa de plástico.
Es nativa de Ilopango, El Salvador, en donde el termómetro marca 28 grados.
Hace casi tres meses llegó a México e igual que miles de migrantes caminó por varias entidades, en donde los climas son diversos.
“Me enfermé de gripe y tos, pero ya pasó”, mencionó la centroamericana, quien ante los problemas acudió a los servicios de salud que se ofrecen. Le dieron medicamento y sanó hace pocos días.
Ella habita en el albergue El Barretal, ubicado al este de Tijuana, donde las bajas temperaturas se perciben con mayor intensidad.
Para atender a los centroamericanos hay un módulo de Médicos Sin Fronteras, organización civil de Estados Unidos, así como módulos del IMSS y la Secretaría de Salud del Estado de Baja California.
Desde el 30 de noviembre a la fecha, de acuerdo a la Secretaría de Salud se brindaron 4 mil 593 atenciones de enfermería y 1 mil 739 consultas médicas a los migrantes en “El Barretal”, en su mayoría a consecuencia de problemas de salud de las vías respiratorias como son tos y gripe.
En Tijuana el termómetro alcanza los 16 grados durante el día, pero en la tarde empieza a descender la temperatura.
Por eso, el salvadoreño Miguel Martínez ha colocado una gran lona al techo de la casa de campaña en donde vive desde hace más de un mes. En el interior puso cinco cobijas en el piso, aunque éste no lo toca porque está sobre maderas.
“El sereno se soporta un poco, estamos muy abrigados y sobre tarimas (la casa de campaña) porque así el frío no es tan penetrante como en el puro piso. También creo que un gallito de mariguana ayuda para que estemos nivelados”, responde entre risas.
“El cambio de clima para nosotros es muy drástico porque este frío para nosotros no existe, allá sólo el calor”, describe el hondureño, quien recuerda nunca antes había enfermado como ahora que está en Tijuana.
RLO