El hecho de prohibir la venta de boletos de autobuses o negar algún servicio a los haitianos representa una violación a tratados internacionales signados por México en materia migratoria desde hace casi tres años.
“El gobierno mexicano suscribió un acuerdo que se llama el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular en diciembre de 2018 en Marruecos. Estas medidas de no vender boletos es una discriminación en contra de las personas migrantes, pues tienen el derecho de acceder a estos servicios”, declaró Juan José Rojas, coordinador de la carrera de Derecho en la Universidad Iberoamericana Torreón.
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Indicó que el acuerdo internacional también refrenda los principios de no devolución y no discriminación, además de que se pretende garantizar el respeto a la protección y cumplimiento a los derechos humano.
“El instituto de migración en este caso en particular se comprometió en el pacto a permitir un flujo seguro y con respeto a los derechos humanos. No deberían devolver a estos migrantes y lo que deben hacer es acompañar que se no vulneren los derechos o delitos por parte de las personas que transitan por el territorio”, agregó.
Consideró desafortunado que en algunas zonas del país se criminalice la ayuda humanitaria a migrantes, entre ellos el caso de Reynosa, Tamaulipas, donde una familia fue detenida por dar un aventón a unos haitianos.
“La ley mexicana sí permite por el concepto de ayuda humanitaria brindar apoyo a las y los migrantes”.
El abogado mencionó que tampoco debe haber temor por quienes prestan algún servicio de transporte como taxi por llevar a personas migrantes.
“El delito de tráfico tiene requisitos muy específicos que no se cumplen cuando toman algún medio de transporte”.
Rojas Torres dijo que desde la Universidad Iberoamericana Torreón se mantienen alertas ante la situación de crisis migratoria que se vive en la frontera de México y que mediante sus programas como el apoyo al Centro de Día “Jesús Torres” permanecerán vigentes en este tema.
Cabe recordar que personal del refugio dijo a MILENIO hace unos días que ya comenzaron a recibir las primeras familias de migrantes haitianos que no han podido salir de la región para llegar a la frontera de Acuña y que externaron sentirse perseguidos por las autoridades policiacas y de migración.
“Han pasado y me extraña porque nunca había sucedido. Los mismos haitianos nos comentaron que tienen miedo de que los deporten y en ningún momento han tenido un comportamiento diferente”, manifestó María Concepción Martínez, coordinadora Operativa del Centro de Día.
EGO