Unos 500 migrantes centroamericanos quedan en el albergue “El Barretal” y tienen dos opciones mientras esperan: apostar en el juego de baraja o hacer fila en el módulo de la Organización Internacional de las Migraciones para tramitar su retorno asistido.
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“Ha ido disminuyendo significativamente, hace ocho días teníamos alrededor de 700, ahora tenemos entre 450 y 500”, expuso Leonardo Nery, coordinador del refugio a cargo del gobierno federal.
Consideró que se debe a que en su mayoría concluyeron los trámites migratorios para permanecer de forma legal en México, consiguieron un empleo en la región, se fueron a otras ciudades o ya están en Estados Unidos tras realizar su trámite.
La mayoría de quienes aún viven en este refugio habilitado a finales de noviembre pasado, optan por el retorno voluntario a sus naciones.
“Justo ayer salió el vuelo que promueve la OIM y se llevaron alrededor de 36 personas. Y se está promoviendo otro vuelo adicional para el próximo lunes, en el que ya hay más de 100 personas anotadas para el retorno voluntario”, detalló Leonardo Nery.
Todavía se pueden ver carpas en el albergue, pero ya no en los techos del inmueble, escasean también los clientes a los vendedores de comida, peluqueros y quienes venden cigarrillos.
bgpa