¿Nacidos en confinamiento? Los 'pandemials' marcan la nueva normalidad

La generación de los 'Pandemials' y la Nueva normalidad de este milenio, no surgieron de la nada, floreció en uno de los momentos más críticos de salud, que se hayan registrado en la historia universal.  

A finales de 2019, la Organización Mundial de la Salud alertaba a todo el mundo sobre la aparición de una nueva pandemia, un virus denominado SARS-CoV-2, mejor conocido como coronavirus o covid-19. 

El año gemelo (2020), trajo consigo soledad, desolación y muerte, además fue un referente mundial, en el que las organizaciones internacionales, establecerían la Nueva normalidad, a partir de la alerta sanitaria. 

Sin duda alguna quienes adoptarán de manera natural, será esta nueva generación de los “pandemials”, niños nacidos a partir de 2020 en adelante. 

Esta fobia social, detonó el temor de relacionarse con quienes alguna vez se habían relacionado, así como el miedo a asistir a lugares públicos, lo que ocasionó un comportamiento social extraño y ambiguo ante la posibilidad de contagiarse de coronavirus. 

Estos comportamientos colectivos, que no eran habituales entre los adultos, se manifestaron con llantos, enfados, negaciones, paralización, entre otras conductas negativas. 

Para el investigador en sociología, de la Facultad de Ciencias Políticas de la UAdeC, Lerins Varela, la Nueva normalidad se establecerá a través de un proceso de reeducación en conductas colectivas. 

Estas serían regidas a partir de nuevos modelos educativos emanados desde las organizaciones internacionales, tales como la OMS, ONU, entre otras. Varela expuso que nadie acepta que todavía la pandemia esté aquí, incluso se creyó que este fenómeno de salud era situación del gobierno y al final es una afectación colectiva. 

“Socialmente es una ruptura que no aceptamos porque tenemos usos y costumbres arraigados desde nuestro nacimiento y somos una sociedad que no acata las normativas”, comentó. 

Dentro de este nuevo comportamiento social, la pandemia del covid-19 ha implementado hábitos para enfrentar una serie de consecuencias que cambiaron la forma de vivir. 

Tales como el confinamiento, el toque de queda en algunos países, la distancia social, lavado de manos con frecuencia y todo esto supondrá cambios en las características de esta nueva generación. 

Con respecto a estas consecuencias, Varela refirió que a partir de las nuevas generaciones, nacidas en la década pasada y en esta, la nueva normalidad, se aprenderá de manera natural, por lo que es fundamental que sea un proceso integral desde el seno familiar. 

De lo contrario se dificultará este nuevo proceso para estas generaciones, ya que a partir del surgimiento de la pandemia, todos debemos adoptar con certeza la nueva normalidad, en la medida de lo posible. 

Dijo que en los niños que reciben educación básica en estos momentos, se trabaja con ellos para que de manera sistemática se adquiera este nuevo comportamiento social. 

Desde la simple manera de usar cubreboca, lavarse las manos y distanciamiento social, como una alternativa de interacción social, a través de las tecnologías. “No sabemos qué cambios significativos se presenten en el desarrollo de la Nueva Normalidad, al menos estas normativas, son los que se han establecido, a través de las autoridades de salubridad”, resaltó.

Secuela positiva

Los individuos pueden desarrollar alta capacidad de la resiliencia, es decir, adaptarse frente a un agente perturbador o situación de alto riesgo, además de una elevada aptitud de cambio y positividad. El confinamiento durante la pandemia, desarrolló en algunos individuos una inteligencia emocional, que logró el autocontrol y la automotivación.

La pandemia ofreció nuevas áreas de oportunidad, por lo que la creatividad y capacidad de aprender, se desbordaron en las llamadas Tecnologías de la Información y redes sociales, con ideas innovadoras para afrontar al encierro y distancia social.

Secuela negativa 

El cambio repentino y radical de las actividades rutinarias afectó a los individuos que cayeron en cuadros de depresión y frustración al paralizar sus proyectos, inquietudes y sueños, que han tenido consecuencias psicológicas. La crisis sanitaria mundial, ocasionó en varios individuos la incapacidad de establecer relaciones sociales, así como empatizar con los demás.  

El estrés se desbordó, tanto en lo familiar como en lo laboral, debido a la depresión, ansiedad, encierro, entre otras afectaciones, ya que la interrelación fue inhibida por alteración de la conducta social.

EGO

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