Luego que en el año 2020 la Secretaría de Salud de Nuevo León prohibió el acceso a los panteones y que en el año 2021 solo se tuvo un 60 por ciento de aforo permitido, para este 2022 todos los que intervienen en el entorno de un cementerio esperan mucha afluencia de gente por el Día de las Madres.
Por lo que tanto el personal, como los dueños de negocios de flores, los del comercio informal y los trabajadores internos están con la esperanza de que al no existir ya restricción por parte de la autoridad, mejoren las visitas, y las ventas.
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“Se espera que venga mucha gente, después de haber estado dos años de pandemia y que no había acceso… De hecho hay mucha gente hablando por teléfono, que si va a estar abierto, que si va a haber acceso a los coches, no paran las llamadas para preguntar.
“Sí se espera mucha afluencia de gente. El año pasado se llevó a cabo la misa, el mariachi, se grabó un video en vivo para las mamás en ese día y se trasmitió por la página del panteón”, compartió Gloria Santillán, quien labora en el panteón de Dolores.
“Fueron dos años muy tristes, muy difíciles, muy duros”.
Afuera del camposanto, en el local número 4, como desde hace 40 años, la señora Rojas, de la florería Avilés, no dudó en señalar que por culpa de las decisiones de la autoridad vivieron dos años muy complicados.
Por lo que invitó a la comunidad a retomar la tradición de visitar a sus seres queridos, en especial a las madres, en este 10 de mayo 2022.
“Esperamos que venga toda la gente, que por estos dos años como quien dice por la prohibición estaban inciertos por el miedo, aunque en los panteones no hubiera habido contagio pues son al aire libre.
“Ahora en este año esperamos que ojalá y venga toda la gente a visitar a sus seres queridos, ponerles una florecita y revivir las tradiciones de siempre”, mencionó.
Este año, dijo, los precios están un poco más elevados porque hay una escasez en la flor y el follaje.
Sin embargo, enfatizó, una vez al año gastar 100 o 150 pesos en comprar algún detalle a la madre fallecida no debería ser problema.
“Fueron dos años muy tristes, porque decías: qué vamos a hacer, nuestro negocio a dónde va a llegar, cómo vamos a subsistir, no había funerales, no había regalos para cumpleaños, nada, nada, fueron dos años muy difíciles, muy duros.
“Ojalá la gente viniera, y compre algún detalle, sabemos que todo está más caro, hay mucha escasez de follaje y de flor, pero puede haber ramitos de 100 pesos, arreglitos de 150 que pagarlo una vez no es nada”, destacó.
David y Alfredo, listos para servir a los visitantes
El impacto económico en estos años de pandemia, aseguraron David y Alfredo, fue muy crítico.
Dado que su trabajo es brindar algún tipo de servicio a los visitantes al panteón, sin embargo por la covid-19 y las decisiones del gobierno anterior, era muy poca la afluencia.
“Para nosotros como trabajadores pues fue muy difícil, una cuestión económica muy crítica, no podía entrar la gente, era mínimo.
“Esperemos que venga la gente, porque aquí en los panteones la gente que viene es la que nos da el trabajo, si no viene gente no tenemos trabajo”, precisó David.
Dentro de los trabajos que realizan en el lugar están el de limpieza, lavado de tumbas, pintura, mantenimiento, “todo lo relacionado con el panteón”.
“Ojalá venga la gente, porque sí estaba solo el panteón y no sabíamos qué hacer, y ya desesperados corríamos para arriba y para abajo sin saber qué hacer, esperemos que ahora nos vaya bien.
“Yo creo que un 70 por ciento de las tumbas están bien cuidadas, el 30 están sin cuidarlas y olvidadas”, agregó Alfredo.