En la zona metropolitana de Puebla operan cinco estaciones de monitoreo de la calidad del aire; sin embargo, se requiere que se cuadripliquen para que la población y autoridades cuenten con mejor información para implementar políticas encaminadas al cuidado del medio ambiente.
De acuerdo con el análisis “Insuficiente la cantidad de estaciones para monitoreo de la calidad del aire en Puebla”, realizado por María Rosa Maimone Celorio y Francisco Javier Sánchez Ruiz, investigadores de la Facultad de Ingeniería Ambiental y Desarrollo Sustentable de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), en general, se puede catalogar como aceptable la calidad del aire en la zona metropolitana.
En Puebla opera el Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (Sinaica) con cinco estaciones de monitoreo; sin embargo, por el tamaño de la zona de metropolitana se requiere de la operación de entre 20 y 25, explicó Maimone Celorio.
“Por el tamaño territorial de la zona metropolitana de Puebla, se requieren de entre 15 y 25 estaciones de monitoreo para poder tener una predicción de la calidad del aire y deberían estar colocadas en puntos críticos urbanos, en donde se presentan altas cargas vehiculares y en los puntos críticos industriales para conocer si el sector está cumpliendo con la normatividad de emisiones de gases de efecto invernadero”, destacó la investigadora.
Las cinco estaciones reportan una calidad del aire “aceptable”; sin embargo, es necesario verificar su correcto funcionamiento y ampliar las fuentes de información, añadió la especialista en medio ambiente.
“No podría aseverar el mantenimiento que se les está dando. Estas estaciones se encuentran ubicadas en Agua Santa, en el Benemérito Instituto Normal del Estado (BINE); en la Universidad Tecnológica de Puebla (UTP), en el parque de las Ninfas y en la zona del velódromo. De manera diaria arrojan datos significativos de la calidad del aire que varía de acuerdo con las condiciones climatológicas y a la cantidad de transporte que se encuentre circulando”, explicó.
Por su parte, Francisco Javier Sánchez Ruiz, investigador de la Upaep, explicó que la calidad del aire se relaciona con la presencia de ciertos contaminantes que afectan la salud de las personas, problema que aumenta cuando se registra una reducida cantidad de lluvias.
De acuerdo con las normas mexicanas, la alta presencia de ozono; dióxido de nitrógeno; monóxido de carbono; bióxido de azufre; y las partículas con diámetros aerodinámicos menores a 10 micras, así como las partículas menores a 2.5 migras, se traducen en un aire contaminado que afecta la salud de la población.
“Con las mediciones de contaminantes en el aire, se puede conocer su calidad. La circulación de automóviles, la operación de las industrias y los usos urbanos que tenemos en nuestros hogares con respecto al uso de la energía pueden traducir en una negativa calidad del aire”, destacó.
AFM