La contaminación de la cuenca del río Alto Atoyac que se encuentra ubicada en la región hidrológica número 18 denominada Cuenca Balsas y que está conformada por 70 municipios, de los cuales 22 se localizan en el estado de Puebla y 48 en el estado de Tlaxcala, pone en riesgo la salud de más de dos millones 500 mil habitantes.
De acuerdo con los análisis realizados por separado por parte de María Elena Cerecedo Arroyo, investigadora de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap); y Gabriela Pérez Castresana, investigadora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xavier Gorostiaga (IIMA) de la Universidad Iberoamericana Puebla, las aguas contaminadas contienen sustancias y químicos que aumentan el riesgo de enfermedades gastrointestinales, que pueden afectar el sistema inmunológico y, en algunos casos, hasta cancerígenas.
En el análisis “La Salud del Río Atoyac", realizo por María Elena Cerecedo Arroyo, especialista por la Udlap, la salud del río Atoyac es clave porque las afectaciones que ya se presentan, impactan en la salud de los pobladores de los estados de Puebla y Tlaxcala.
“Dichas afectaciones son causadas por la exposición a contaminantes que provienen de las emisiones industriales y de las descargas de aguas residuales, donde por medio de las vías receptoras como la inhalación, la ingestión y el contacto dérmico, es ahora comprobable que los habitantes han desarrollado algunas enfermedades relacionadas con el deterioro progresivo de la calidad de agua del río”, apuntó.
El estudio destaca que la contaminación de los cuerpos de agua de la cuenca forman parte de una amenaza latente que atenta contra la salud, contra el sistema ambiental urbano y rural, y también contra la calidad de vida de los residentes.
En su oportunidad, Gabriela Pérez Castresana, investigadora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xavier Gorostiaga (IIMA) de la Ibero Puebla, detalló que se tienen registrados más de 50 contaminantes químicos cancerígenos para el ser humano a los que los pobladores de la zona están expuestos por inhalación, ingesta y vía dérmica.
“Se necesitaría sanear todo el territorio, no estamos hablando solo del agua. Estamos hablando de que todos los contaminantes que se descargas, que se vierten al río, son contaminante que no solo están en el agua, luego pasan al suelo y del agua pasan al aire y a las plantas. Estamos en un territorio muy contaminado y sí se necesitan llevar a cabo acciones de remediación, de eliminación de los contaminantes en diferentes compartimientos”, resaltó.
Detalló que elementos como mercurio, cromo, cadmio y zinc que pueden estar entre los contaminantes del Atoyac, al filtrarse pueden llegar a los pozos de agua potable, lo que derivará en múltiples enfermedades.
“Los contaminantes que se vierten en los ríos y cueros de agua se dispersan por todo el territorio (…). Lamentablemente, todos estamos expuestos, directa, o indirectamente a los contaminantes. Digo todos los que vivimos en este territorio. Es decir, los contaminantes, son diversos y se comportan diferente de acuerdo con su composición físico-química, es decir, de su naturaleza. Es decir, tenemos contaminantes como metales pesados como el mercurio, el cromo, el cadmio que son mentales que no los necesitamos. Entonces, una dosis muy pequeña puede generar afectaciones a nuestro organismo”, expresó.
Al mismo tiempo, el uso del agua del río Atoyac para el riego de cultivos representa una amenaza a la salud pública ya que ésta no cumple con los estándares que se establecen en CE-CCA-001/89, debido a las grandes cantidades de bacterias de origen fecal y a los contaminantes químicos, los cuales pueden infiltrarse hacia el manto acuífero.
AAC