Reducción de lluvias complica necesidades en la cuenca del Alto Atoyac

La Ibero de Puebla llevó a cabo el conversatorio “Seguridad Hídrica en la Cuenca del Alto Atoyac”.

Reducción de lluvias impide necesidades del Atoyac | Jaime Zambrano
Jaime Zambrano
Puebla /

La baja en los niveles de lluvias y de escurrimiento para recargar los mantos freáticos, así como la sequía se traducen en dificultades para satisfacer las necesidades de la cuenca del Alto Atoyac, ubicada en la región de Puebla y Tlaxcala.

Carlos Patiño Gómez, investigador de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap) que contribuyó a configurar un modelo para obtener los índices de seguridad hídrica, destacó que se están presentando alteraciones que disminuyen la cantidad del agua disponible en la región.

“Encuentro una disminución de la precipitación y esto me dará una anomalía de escurrimiento. Si disminuye es por una anomalía de precipitación. La disminución del escurrimiento significa una reducción en la disposición del agua para las demandas que tenemos para los distintos usos”, comentó el especialista.

Durante su participación en el conversatorio “Seguridad Hídrica en la Cuenca del Alto Atoyac”, organizado por la Universidad Iberoamericana Puebla, el investigador destacó que, en los últimos 25 años, se presenta un deterioro que impacta en el ciclo del agua en la región de Puebla y Tlaxcala.

“No ha sido sencillo analizar la cuenca del Alto Atoyac. Los últimos 25 años han supuesto un ir y venir de argumentos a favor y en contra de un proceso de deterioro de las condiciones tanto del acuífero como del subsuelo en el que transita y se recarga. Mientras algunos modelos exponen alteraciones geológicas que impactan en el ciclo del agua, otros presentan información insuficiente para la toma de decisiones”, apuntó.

Actualmente, el investigador forma parte de un proyecto para desarrollar una modelación hidrológica para el acuífero de Puebla y Tlaxcala que contempla una relación del proceso lluvia-escurrimiento, ajustes de parámetros tradicionales, anomalías de precipitación y proyección de escenarios futuros.

Patiño Gómez resaltó la importancia de actualizar las bases de datos para generar recomendaciones oportunas frente a diversos riesgos ambientales como la sequía o las lluvias intensas en periodos cortos.

“Las nueve zonas de la cuenca fueron analizadas para conocer las variaciones naturales y determinar su disponibilidad con base en las actividades humanas. La conservación de las cuencas debe ser contemplada como infraestructura natural para la resiliencia”, expresó el investigador.

AFM

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