El presidente municipal de Ayala, Isaac Pimentel Mejía, denunció el robo de la estatua de Emiliano Zapata que estaba en la entrada de la cabecera para conmemorar el centenario del asesinato del líder agrarista.
La escultura fue colocada hace tres meses para honrar al caudillo que nació en 1879 en Anenecuilco, que pertenece a la localidad.
- Te recomendamos La insolente carta por la que asesinaron a Zapata Política
En su cuenta de Facebook, Pimentel Mejía denunció el robo y externó su molestia porque su administración rescató la efigie, la reparó y la colocó en los arcos de bienvenida al municipio en el que nació el Caudillo del Sur.
"Con profunda indignación y molestia le comunico a la ciudadanía del estado de Ayala, que este día y de la manera más cobarde, fue robada la estatua del general Emiliano Zapata Salazar, misma que había sido restaurada y pintada para que luciera en la entrada principal, al pie de los arcos que dan la bienvenida a nuestro municipio histórico", escribió el alcalde.
El presidente municipal interpuso una denuncia por el robo, ocurrido entre el martes y el miércoles por la noche.
Isaac Pimentel aseguró que las obras y remodelaciones emprendidas en los meses recientes para conmemorar el centenario del aniversario luctuoso de Emiliano Zapata representaron un esfuerzo y un anhelo de los habitantes del lugar.
"Con gran esfuerzo, pero sobre todo con la mejor intención de que el municipio de Ayala sea un mejor lugar para vivir, realizamos el 6 de abril diversas acciones para que el bulevar Emiliano Zapata luciera digno, dándole el realce que nuestro general Zapata merece, colocando su imagen para dar un buen recibimiento a nuestros visitantes", apuntó.
La historia de la estatua
Mientras las autoridades locales intentan localizar la estatua y castigar a los responsables, el cronista de Ciudad Ayala, Amado Guevara, aseguró que la imagen tiene un valor simbólico, más que económico o histórico.
El cronista recordó que a principios de los años 90, el ex gobernador Antonio Riva Palacio López prometió a Juan Nolasco, entonces comisario ejidal y luego alcalde de Ayala, enviar una estatua del revolucionario para que fuera colocada en el centro del pueblo.
Sin embargo, cuando llegó, la imagen desconcertó al pueblo porque no era de bronce, sino de un material parecido al antimonio; de pequeñas dimensiones, ni siquiera cercanas a la altura original del propio Zapata, pero pintada de color bronce y negro.
Guevara aseguró que tras la decepción, el comisariado ejidal la colocó a la entrada de sus oficinas y permaneció ahí hasta 2003, cuando fue trasladada a los arcos construidos a la entrada del pueblo.
Un hombre intentó robarla y fue detenido.
Desde entonces, la efigie de Zapata permaneció resguardada en las instalaciones de la Policía Municipal hasta que el alcalde en funciones la rescató, la mandó pintar y ordenó que fuera colocada de nueva cuenta en los arcos.
OVM