Los casos de sobredosis de fentanilo en Tijuana se dispararon de cero hace tres años a casi una veintena en los peores días de este año, de acuerdo con miembros de la Cruz Roja consultados. Esto debido a que los grupos criminales experimentaron con los adictos diversas dosis de esta droga para conocer la resistencia del cuerpo humano.
Los consumidores se enfrentaron solos a la pandemia del fentanilo. Algunos, de forma empírica, asisten a sus compañeros de vicio con inyecciones de agua con sal, porque eso disminuye el efecto de la droga, pero los que no conocen esta técnica mueren.
Para atender esta crisis de salud surgió en Tijuana la agrupación Enfermeros Tácticos del Bordo.
Se trata de un grupo de jóvenes que, de forma gratuita y voluntaria, acuden a distintos puntos de Tijuana, donde se ubican los llamados “picaderos”, que son los lugares utilizados por los adictos para drogarse, con el fin de asistirlos en caso de alguna sobredosis.
Marck, como pidió ser identificado el director general de Enfermeros Tácticos del Bordo, es un ex adicto al fentanilo que aprendió principios básicos de enfermería en 2012 durante el tiempo que estuvo detenido.
“Yo pienso que llevo más de 500 asistencias desde que comencé esto en 2017. Llevamos más de 27 protocolos de muerte digna, 28 con el de hoy, atendidas personas de curación fácil unas 600 o 700 de curación”, narró Marck.
Los Enfermeros Tácticos del Bordo recorren los picadores armados solamente con Naloxona, un medicamento que sirve para contrarrestar los efectos de sobredosis por fentanilo y un puñado de jeringa que reparten entre los adictos.
De acuerdo con Marck, el repartir jeringas no es para incentivar la adicional a fentanilo, por el contrario, pretende evitar la propagación de enfermedades como VIH y hepatitis, porque en muchas de las ocasiones las jeringas, también conocidas entre los consumidores como cohetes, se utilizan varias veces por distintas personas.
A unos 300 metros de la frontera con Estados Unidos se ubican la mayoría de los picaderos. Caminar por esas calles permite conocer el Tijuana invisible, zonas dominadas por grupos criminales.
En las calles se cuentan por cientos las agujas tiradas sobre el pavimento que son dejadas por los adictos. Las víctimas del fentanilo presentan marcas en todo su cuerpo por las inyecciones.
Como se han inyectado tantas veces, las venas de los brazos están muy lastimadas, ahora se tienen que inyectar en el cuello, piernas y hasta los genitales.
Al menos cinco veces al día se tienen que drogar para cubrir la saciedad que necesita el cuerpo. La mayoría se hicieron adictos al fentanilo sin saberlo. Los criminales mezclaron heroína blanca, cristal y fentanilo para crear una dosis tan adictiva que resulta imposible dejar de consumirla.
“Si, porque ellos sin saber que estaban consumiendo fentanilo lo estaban consumiendo, muchas personas por eso comenzaron a mutilarse partes de la cara, por eso muchos comenzaron andar engusanados, con antes te inyectabas mal y te salía un acceso pero ahora con que te la fumes o la finales y te salen esos abscesos”, comiendo Marck.
Otra de las reacciones del fentanilo es la pérdida de la piel por los altos niveles de químicos dañinos que contiene la sustancia. Existe un caso donde un hombre perdió más de la mitad de la cara, actualmente se recupera en un hospital gracias a la inversión de los enfermeros tácticos del bordo.
El pasado sábado mientras se realizaba este reportaje, los enfermeros tácticos sacaron de la muerte a un hombre que sufrió sobredosis por fentanilo.
MILENIO fue testigo de esta acción. El adicto reconoció que desde los 13 años ha vivido en el mundo de las drogas, pero el fentanilo que se metió el sábado era más puro por eso su cuerpo se shockeo.
El joven tardó menos de cinco segundos en perder el conocimiento desde que se inyectó; su cuerpo se desvaneció poco a poco:
"Ya perdió el conocimiento, ya se quedó dormido. Fue en segundos, he. Créame se metió la sustancia, fue en segundos lo que estamos viendo y está personas ya se dobló como dicen que dicen ellos porque la sustancia fue muy fuerte. Ahora lo vamos a reanimar”, dijo el enfermero táctico.
Marck, le aplicó Naloxona, le dio respiración boca a boca y reanimación cardiopulmonar. Solamente tiene tres minutos para sacar adelante a la persona o de lo contrario podría fallecer.
Por fortuna el medicamento en esta ocasión funcionó:
“Está regresando pero va un poco sonámbulo ahorita porque el medicamento que le metimos es para contrarrestar el efecto y le va doler mucho la cabeza, va andar como mareado, va andar como dormido. Podría ser todo el día o todo lo que resta de la noche”, agregó.
La dosis de fentanilo, con cristal y heroína blanca se venden en 50 pesos. Su preparación es muy sencilla. El cristal se mezcla con la heroína, que a su vez viene contaminada de fentanilo, después se agrega suero y se inyecta en el cuerpo.
“Estoy enganchado de esta pinche chingadera (sic). Mi familia la extraño un chingo, viejo, pero uno se enganchó en esta pinche chingadera”, exclamó llorando un joven que en sus 20 años no conoce más que el mundo del fentanilo.
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