Las escuelas, lugares por donde la mayoría pasamos gran parte de la vida, infancia y juventud, pero más allá de las leyendas populares que acompañan la travesía estudiantil, tal como "Aquí antes era un panteón", o incluso el clásico payaso que nunca falta en los baños, aparte, existen experiencias que cortan la realidad y que por más que se busca alguna explicación, no la hay, y estas anécdotas se quedan ahí en el pensamiento, esperando una reunión familiar o entre amigos para poder revelarse.
En esta ocasión en MILENIO, en colaboración con profesores de la enigmática y longeva secundaria Juan de la Cruz Borrego (Por la tarde) y Lázaro Cárdenas del Río (Por la mañana), ubicada frente al Bosque Venustiano Carranza, traemos una recopilación de anécdotas y sucesos de esta índole 'sin explicación' y que ocuparon la mente de los profesores que lo vivieron durante varias noches tratando de resolverlas, sin éxito.
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Fue la profesora Gina Belmonte, con una trayectoria de 14 años impartiendo la materia artística de dibujo en la Secundaria Lázaro Cárdenas del Río, quién conjunto a éste periodista que redacta, recopilaron estas anécdotas. Ella es creyente de las actividades paranormales, además de que desde muy joven, dijo, de alguna u otra forma a lo largo de su vida ha sido víctima en varias ocasiones de este tipo de situaciones inexplicables.
Anécdota del profesor Francisco Andrés Olivares
Él comenta que una ocasión se encontraba bajando por la parte trasera de la escuela a la altura de los talleres, vio a una niña con uniforme escolar, "pero no el de la escuela", aclaró, el profesor comenta que esto le pareció curioso y fue tras ella, sin embargo, de un momento a otro simplemente le perdió el rastro.
"Ya después, ya no la vi, eran las ocho de la mañana de un día soleado, y le hice preguntas a varios compañeros para ver si no habían visto pasar a esa criaturita y todos respondieron que no, y yo me quede con la duda de que era lo que había visto, y con mucha seguridad les digo que, era una niña de aproximadamente cuatro años dentro de una secundaria".
Anécdota de la profesora Esperanza Campos Garza
Se dedica a impartir educación desde hace 25 años en la Secundaria Lázaro Cárdenas del Río, ella comentó que durante 17 años vivió en el plantel educativo debido a que su esposo tenía el oficio de velador por la noche en la misma institución, "aquí me tocó vivir varias cosas", afirmó, respecto a sucesos escalofriantes.
"Una vez salí a tirar el agua que había trapeado de las recámaras que tenía y cuando voy por el pasillo, fue cuando la vi, era una señora vestida de blanco con tacones, y simplemente traspasa la puerta donde era hace tiempo el salón de corte y confección, y ella traspasó la puerta sin haberla abierto, me quedé pasmada al verla, esto pasó más o menos en el 1983".
Comenta que en otra ocasión tiempo después del primer suceso, ante esta segunda anécdota que relató, destaca que la escuela estaba muy solitaria la institución debido a una fuerte tolvanera que arrasaba aquel día de 1985.
"Recuerdo que esa vez el cielo se puso rojo y había mucho terregal, y en el área de la jefatura donde se encuentra hoy en día la maestra Laura Delgadillo, ahí me quedé pasmada, pues me toco ver unas personitas diminutas que brincaban de la barrita al barandal de la escalera, parecía que estaban a juegue y juegue, brincando, como si nada, me pareció que eran duendes".
Al respecto de esta historia, Esperanza comentó que no fue la única en captar el suceso, sino que un profesor, Lorenzo Nava, al percatarse, de inmediato fue y se encerró en la dirección ante lo insólito de la situación.
Anécdota de la profesora Hermelinda Alba de la O
Actualmente tiene 28 años cumplidos de servicio en la institución Lázaro Cárdenas del Río, comentó que en la escuela se viven situaciones extrañas "se podría decir que hasta paranormales", dijo. En una ocasión la escuela fue visitada por una televisora para pedir permisos con el motivo de realizar una grabación un programa del tipo paranormal, comenta que fue un jueves y un viernes cuando los visitaron a media noche, sin embargo, agregó, solo vinieron y se fueron, jamás les comentaron si llegaron a captar algo ni mucho menos.
En lo que a la profesora Hermelinda respecta, dijo que aproximadamente en la generación 1999 a 2002, tenían una alumna que tenía una enfermedad en el corazón, que por los problemas que tenía de salud no se desarrolló completamente y que por ende, "estaba chaparrita, sus manos eran más pequeñas", describe la profesora. Ella estaba sometida a una serie de operaciones constantemente para mejorar su calidad de vida. Cabe destacar que en este relato cambiaremos el nombre y los apellidos de la infante.
Estefania era una niña muy querida en la escuela, "se daba a querer, era una niña muy apreciada, muy sociable, muy bonita niña", dijo la profesora.
"En una ocasión, en unas vacaciones de semana santa, Estefanía iba a ser sometida a una operación, y recuerdo que platicamos aquí con ella, junto a otro compañero que en paz descanse, el cual yo aprecio y quiero mucho, el profesor Jorge Belmonte Cabrera. Y me acuerdo que nos despedimos de ella, pero ella iba muy optimista. Resultó que no aguanto la operación. Al paso del tiempo la generación salió y los directivos de aquel entonces decidieron ponerle a la generación el nombre y apellidos de la niña 'Generación Estefanía García Castañon' (Nombre cambiado)".
Después, tras el paso del tiempo y fueron ocurriendo situaciones donde alumnos y docentes comenzaron decir que Estefanía mora en los pasillos de la escuela, comentó Hermelinda, "Vienen y me la describen a mi, yo que la conocí, pues si es Estefanía, sin embargo, yo no puedo decir que sea verdad, porque a mí nunca se me ha aparecido.
Una situación que ocurrió durante el proceso de esta nota
En el inicio, cuando se le cuestionó a Hermelinda Alba respecto a las anécdotas anteriormente relatadas, mientras hacía memoria recordó el nombre de Estefanía, sin embargo, no lograba rememorar los apellidos. De pronto llega un profesor a su oficina, y le avisa que alguien la anda buscando, "me dice, pues es una muchachita chaparrita y morena", comentó la profesora.
"Entonces le contesté al profesor 'Ah si, ahorita veo a ver quien era', pero inmediatamente después de eso vienen a mi mente los apellidos de Estefanía, y no sé que pensar de eso, no sé que decir, pero eso yo lo viví aquí en la escuela", finalizó la profesora Hermelinda Alba de la O.
Cabe destacar que aquella muchacha que el profesor aviso que andaba buscando a la profesora, no la volvieron a encontrar en el plantel, de modo que nunca se supo quien la buscaba.
ARG