El destinar un presupuesto adicional que no se tenía contemplado en la implementación de protocolos de sanidad fue necesario para poder reabrir sus puertas a los usuarios.
Encargados, gerentes o dueños de negocios del fitness reconocen que el proceso no ha sido fácil; algunos tuvieron que incrementar las tarifas no sólo para aplicar los protocolos de sanidad, sino para dar un valor agregado ante la reducción de capacidad en estos recintos del deporte en la región lagunera.
Natalia González, administradora del gimnasio HA Fitness Training Club, reconoció que la inversión que se aplicó para dar cumplimiento a las disposiciones sanitarias impuestas por la autoridad sanitaria federal, estatal y municipal, fue importante, considerando que fue un recurso que no se tenía presupuestado.
Además, que en el reacomodo que se hizo del equipo fue necesario que se abrieran nuevos espacios para dar cabida a una mayor cantidad de usuarios dando cumplimiento a las reglas sanitarias impuestas por la autoridad.
En tanto, Cecilia Reyes Gómez, gerente del gimnasio CAR 871 señaló que no se escatimó en realizar la inversión necesaria para poder cumplir con las disposiciones de la autoridad: Se invirtió en los termómetros electrónicos, charolas desinfectantes, señalética, insumos de higiene, adaptación de salones de clases de yoga, spinning, crossfit, entre otras áreas; pero sobre todo dijo, para brindar certeza y tranquilidad a los usuarios y se realizan recorridos constantes para garantizar que los clientes cumplan con los reglamentos con medidas estrictas de seguridad e higiene.
“Nos interesa mucho cuidar este espacio, mientras estuvo cerrado los afectados fueron los empleados, pero lo importante es brindar espacios seguros y limpios”, finalizó.
EGO