Un altercado entre inmigrantes centroamérica y elementos de la Policía de Acción y Reacción (PAR), así como agentes de la Instituto Nacional de Migración (INM), dejó a cinco extranjeros lesionados, entre ellos a una adolescente venezolana, quien fue golpeada en la cabeza y brazos.
Los hechos se presentaron en las vías del ferrocarril, dentro de las instalaciones de los patios de maniobras de Ferromex, a la altura de la colonia Eduardo Guerra.
Según los centroamericanos, algunos se disponían a subirse a los vagones de un carguero, para continuar con su viaje hacia los Estados Unidos.
Estos fueron bajados de los vagones, a punta de macanazos, aventones y estrujones, por parte de los policías estatales y agentes de migración, quienes les impidieron continuar con el viaje.
Un venezolano fue golpeado en la cabeza y presentó una herida sangrante y cortante, por lo que fue atendido por los mismos centroamericanos, además vecinos de la colonia Eduardo Guerra, le brindaron apoyo y le pusieron algunos vendajes. Fue llevado a un hospital en un vehículo particular.
Mientras que una mujer, dos hombres y una adolescente, también fueron golpeados por los estatales. No sufrieron lesiones que ameritaran hospitalización.
Alexis inmigrante venezolano, dijo que a sus tres nietos los golpearon, así como a su hijo y otros familiares, por lo que calificó esta acción arbitraria e injusta por parte de las autoridades policiacas, ya que tanto él como sus familiares cuentan con un permiso del INM, que les permite transitar por territorio nacional.
"Las autoridades policiacas mexicanas nos tratan mal, nos insultan, nos golpean y nos piden dinero, para continuar nuestro camino, a pesar de que contamos con un permiso para estar internados en México", dijo.
Aseguró que tanto él como su familia, no desean estar en México, sólo van de paso, ya que nuestro destino es llegar a los Estados Unidos.
Karen quien es propietaria de una vivienda, ubicada atrás de los patios de maniobras de Ferromex, justo en la colonia Eduardo Guerra, enfatizó que desde diciembre del año pasado, abrió las puertas de su casa para recibir a los inmigrantes, que sufren durante el largo viaje hacia Estados Unidos.
Manifestó que les proporciona alimento así como un poco de medicinas y alojamiento, ya que mujeres y niños centroamericanos, vienen cansados y agotados de un viaje tan adverso.
Argumentó que en esta ocasión, alrededor de 250 migrantes han llegado, en los últimos días a su casa y añadió que, la mayoría se queda de uno a dos días, para luego proseguir con su camino.
Comentó que hasta el momento ninguna autoridad policiaca, ni de migración, la ha molestado, por lo que ella continuará ayudando a los inmigrantes.
"Creo que el trato indigno que reciben los inmigrantes, por parte de las autoridades policiacas, es aberrante, nefasto y bizarro, sin respeto a los Derechos Humanos", expuso.
Subrayó que los inmigrantes no acuden algún albergue que pudiese habilitar el Ayuntamiento, ya que tienen miedo que en ese lugar, acudan agentes del instituto Nacional de Migración y estos los regrese a sus países de origen.
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