Josefina padece demencia senil y requiere tener alguien cerca para que la cuiden todo el día, tarea que en gran parte recae sobre una de sus nueras, pues la mujer de 88 años vive con ellos; pero su hijo y nietos trabajan. Además estudian y se van rolando su cuidado a ratos. La abuela es afortunada.
En otras familias, donde ya no hay ama de casa de tiempo completo, “no tienen más remedio que dejar a los adultos mayores solos, aunque sea un riesgo”, apuntó Irma Fabiola Díaz García, investigadora del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Esto pudiera ser malentendido como una forma de maltrato por abandono u omisiones, pero solo es el resultado de la carencia de servicios gerontológicos. En este caso, de cuidados en un centro de día al alcance del bolsillo, añadió.
En México, de acuerdo con cifras del Inegi (2015), solo uno de cada 10 adultos mayores vive solo, de los cuales siete de cada 10 son funcionales e independientes, refirió la maestra Yolanda de Jesús Hernández Delgado, académica de la Licenciatura en Gerontología del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá).
Aunque varía en función del grado de dependencia, la respuesta más común es que una de las mujeres de la familia se hace cargo. Del siguiente perfil tienen entre 40 y 50 años, con nivel económico bajo y medio “que prácticamente han dejado de lado su vida para estar al cuidado de adultos mayores”.
Sin embargo, también hombres fungen como cuidadores. “¿Y qué vamos a hacer con quién cuida? Eso también lo trata de responder la gerontología”, acotó.
Hernández Delgado abundó en entrevista que solo una parte mínima de los adultos mayores vive en alguno de los 149 asilos que hay registrados en el estado; en su mayoría de asistencia privada por lo que están fuera del alcance económico de muchas familias. En los albergues públicos hay listas de espera y en casi todos se exige que la persona se pueda valer por sí misma y no padezcan alzhéimer u otras demencias.
En principio, el envejecimiento poblacional es uno de los más grandes logros de la humanidad. Yolanda Hernández comparte datos del sistema de salud, ya que en 1930 la esperanza de vida en nuestro país era de 34 años; en 1970, 61; y para 2015, 75. Sin embargo, los años ganados tienen implicaciones: necesidades físicas, emocionales y sociales específicas de las personas adultas mayores, que de ser cubiertas adecuadamente mejorarían las condiciones de vida de este grupo de población.
“A veces asociamos la vejez con pobreza, con dependencia, y esto genera una imagen negativa respecto a este grupo social. Pocos queremos llegar a ser viejos porque nos da terror pensar en ser dependientes, en ser pobres, en estar solos. Necesitamos un cambio ante esta perspectiva”, expuso la académica de la maestría en Gerontología del CUTonalá, tras enfatizar en que son mayoría las personas de la tercera edad que son funcionales e independientes, y que el porcentaje puede aumentar si se adoptan estilos de vida saludable antes de la vejez.
En el marco del Día Nacional del Adulto Mayor, que desde 1982 se conmemora el 28 de agosto, especialistas de la Universidad de Guadalajara (UdeG) alertaron sobre los retos que enfrentará México para atender a una población creciente, de manera integral.
La atención a la salud —en los aspectos físico, psicológico, nutricio y social—, la seguridad económica, la integración social, y los servicios de cuidados a quienes tengan algún grado de dependencia, son algunos de los desafíos más importantes a resolver, más allá del asistencialismo.
“Se tiene que ver qué es lo que tenemos que hacer para atenderlos, pensando también en los que vamos para allá; todo esto tiene que ver con el autocuidado”, expresaron.
Vive solo 1 de cada 10 adultos mayores: Inegi
Dependencia, el mayor temor de la vejez, indican
En la mayoría de los casos, cuidados por familiares, principalmente por alguna mujer, reportan especialistas en gerontología de la UdeG
Guadalajara /
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