Tras el último adiós de la reina Isabel II, varios usuarios comparan el impacto de los sepelios entre la monarca y la princesa Diana, ya que el funeral de la reina Isabel II ha estado marcado por el protocolo dictado por la operación London Bridge, mientras que el sepelio de la princesa Diana fue una ceremonia sin precedentes.
Lo que estaba previsto como una ceremonia íntima para la princesa Diana, se convirtió en una gran despedida que cambió los planes de la familia real, debido a la indignación y furia colectiva al ser considerada “la princesa del pueblo”.
Ahora, 25 años después, el fallecimiento de la reina Isabel II se ha presenciado con una atmósfera de respeto y aceptación por parte del pueblo y los miembros de la corona, al ser la monarca británica que ha gobernado durante mayor tiempo.
El sepelio de la reina Isabel II, un protocolo de varios días
El pasado 8 de septiembre, la reina Isabel II falleció a los 96 años, tras recibir los respetos de 100 jefes de Estado y miles de personas de todo el mundo, los restos mortales de la monarca finalmente descansarán en la Capilla de San Jorge, Windsor en Reino Unido.
En este espacio, reposan los restos de los padres de la reina Isabel II, el rey Jorge VI y Elizabeth Bowes, mejor conocida como la 'reina madre' y su hermana Margarita, siendo la capilla con el mayor número de miembros de la realeza sepultados en Reino Unido.
Entre los detalles más destacados, se encuentra un arreglo floral sobre el ataúd de la reina Isabel II con una nota manuscrita por su hijo Carlos III, donde pone: “En memoria amada y devota, Carlos”. Las flores son de una planta que resultó tras plantar el ramo de bodas de la monarca con el príncipe Felipe en 1947.
Después de 10 días de luto nacional, 2 mil dignatarios e invitados acudieron a la Abadía de Westminster para el funeral de Estado, destacando la presencia del rey Carlos III, varios miembros de la familia real, al igual que varios líderes mundiales como Joe Biden. Mientras que 6 mil miembros del ejército fueron designados para realizar la operación planteada desde el fallecimiento de la reina en su residencia en Balmoral, Escocia.
En el último adiós a la reina Isabel II miles de personas se han reunido en las calles de Londres para despedir a la monarca que gobernó siete décadas, dejando la corona en manos de su hijo mayor el rey Carlos III.
El funeral de la princesa Diana, un mar de flores
Tras el accidente automovilístico de la princesa Diana y su acompañante en París, el 31 de agosto de 1997. El ataúd de Diana fue cubierto con el estandarte real y fue traslado a Londres desde el Hospital de la Pitié-Salpêtrière en París, por su ex esposo, Carlos III y sus dos hermanas; Sarah y Jane.
Tras ser llevado a una funeraria privada, el ataúd fue conducido a la Capilla Real en el Palacio de St. James, donde permaneció cinco días, siendo trasladado al Palacio de Kensington la noche previa al funeral.
El evento no constituyó un funeral de Estado; en su lugar se celebró una ceremonia real la cual contó con la participación de una pompa real además de una liturgia anglicana, hubo un gran despliegue floral a las puertas del Palacio de Kensington así como del Palacio de Buckingham.
El féretro fue llevado en un carruaje tirado por cuatro caballos negros y conducido por miembros de la Guardia del rey, además de ser escoltado por ocho miembros de la Guardia Galesa que acompañaron el ataúd durante el recorrido de una hora y cuarenta y siete minutos.
Sobre el ataúd descansaban tres ramos de flores blancas de su hermano Charles Spencer y los príncipes Guillermo y Enrique, además de una carta de su hijo menor, Enrique, dirigida para su madre, Diana.
El entierro tuvo lugar en privado más tarde ese mismo día. Tras el fin de la ceremonia, el ataúd fue conducido hasta Althorp, el hogar que ha pertenecido por varios siglos a la familia Spencer, por un coche fúnebre de la compañía Daimler AG.43
Los dolientes arrojaron flores durante casi toda la procesión fúnebre y los vehículos incluso se detuvieron en la calzada opuesta de la autopista M1 cuando pasaba la comitiva. En el sepelio estuvieron presentes el príncipe Carlos, sus hijos Guillermo y Enrique, su madre Frances Roche, sus hermanos, un amigo cercano y un sacerdote.
El atuendo mortuorio de Diana consistió en un vestido de cóctel de lana en color negro con manga larga y falda tres cuartos diseñado por Catherine Walker, pantimedias y zapatos también negros. Un rosario obsequio de la Madre Teresa de Calcuta fue colocado entre sus manos junto con una fotografía de sus hijos la cual Diana llevaba consigo en sus viajes y había sido hallada en su bolso.
Por su parte, Paul Burrell, mayordomo de la princesa, puso en el ataúd algunas fotografías de los príncipes Guillermo y Enrique que Diana tenía debajo de su tocador de cristal en el Palacio de Kensington.