El Gran Café Budapest

Chic Haus

Los esquemas de color, los accesorios y la simetría son las principales características utilizadas por el cineasta Wes Anderson, que resultaron como el mantra detrás de este nuevo café en China.

La fachada invita a los visitantes a adentrarse al sitio, un lugar de ensueño que promete una experiencia memorable (Fotos: James Morgan)
José Juan Garza
Ciudad de México /

El peculiar carácter de Wes Anderson es la inspiración detrás de The Grand Budapest Café. El diseño del lugar logra una moderna interpretación del cine y la cultura del café por medio de un diseño atractivo y una marca sólida. 

El proyecto de diseño de interiores de este espacio, ubicado en Chengdú en China, fue realizado por Biasol, un estudio de diseño con base en Melbourne, el cual tiene un método de trabajo donde se integra el diseño interior, arquitectura, diseño de producto y branding. La firma opera, tanto local como internacionalmente, con un equipo de diseñadores y arquitectos que buscan descubrir y utilizar el potencial completo de cada proyecto. Para ellos, el diseño es un lenguaje y una expresión, donde varios aspectos como el detalle, calidad y precisión técnica se conjugan armónicamente. 

The Budapest Café está diseñado para ofrecer una propuesta aislada de cualquier patrón existente, alejada del bullicio y la prisa del día a día. El cliente, específicamente buscó una firma de diseño australiana para crear una experiencia internacional, con la intención de atraer a su segmento de mercado meta.

Dentro de la propuesta de interiorismo, se presentan espacios imaginativos que evocan una atmósfera relajada y una elegancia extravagante. El resultado de esta particular fusión demuestra la capacidad internacional de diseño que se mezcla con la estética local.

El punto de partida fue tener un entendimiento correcto del estilo de Wes Anderson, poniendo especial atención a su simetría, precisión y diseño extravagante de escenarios, que se unen a paletas de colores vívidas y nostálgicas. También, sus filmes tienden hacia la perspectiva de un punto de fuga y a hacer acercamientos desde arriba para enfatizar los ejes desde el exterior hacia el interior.


El planteamiento de diseño y detalles en general están pensados para llamar la atención del visitante y animarlo a que explore el espacio. El nivel de mezzanine, aporta una visual completa del lugar de donde se observa cada detalle, desde los arcos simétricos, libreros, escaleras falsas, chimeneas y el propio bar con cubierta de mármol.

El alto contraste entre los tonos intensos y los pasteles reflejan el juego de los rasgos de personalidad en los personajes de cineasta en su film The Grand Budapest Hotel. El diseño se integra con el branding a través de los anuncios, menús y las diferentes aplicaciones gráficas.


Otros detalles que se seleccionaron fueron una alberca de pelotas rosas, un anuncio en neón y la original Bubble Chair de Eero Aarnio, un remate visual que inspira momentos de diversión.

Además, los baños sorprenden por el uso de terrazo rosa moteado en los muros como complemento y contraste con los tonos verdes del área principal. 

The Budapest Café transmite feminidad, luminosidad y diversión, a pesar de tener una estructura expuesta y de carácter industrial. El concepto, colores y detalles se perciben en cada rincón, lo que permite al comensal explorar y vivir una experiencia como si se tratara de una película de Wes Anderson.




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