Alguna vez soñó con ser arquitecto, pero antes de lograrlo tuvo que abandonar su país para ir en busca del sueño americano; además, superó una de las devaluaciones más fuertes, la de 2008 en Estados Unidos, con el fin de retornar a su natal Chignahuapan, donde actualmente incorporó el concepto de glamping en la industria del hospedaje.
Desde muy joven, Emilio Domínguez trabajó para salir adelante, recuerda que todo comenzó cuando su mamá puso un negocio de tacos y uno de sus clientes le metió la idea de ir a Estados Unidos.
“Ese chico me dice a qué le tiras, y le contesté: ‘estoy trabajando y luego voy a ir a la universidad’. De hecho, fui a inscribirme porque supe de la convocatoria de la UAP, faltaban como cuatro personas para llegar al escritorio, no sabía de la cuota, me enteré allí y tuve que decidir si me regresaba en el autobús o de ride, pero me regresé a casa. Entonces este amigo me dice: ‘Vámonos a Nueva York’, y nos fuimos. Yo solo me iba por dos o tres años, pero conocí a mi esposa Blanca, nos casamos, llegaron mis hijas Daniela y Emily, pero en la devaluación perdimos todo”, cuenta para MILENIO Puebla.
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El matrimonio perdió la casa que pagaban, de la cual habían abonado 300 mil dólares, de los que solo les regresaron 15 mil, pero eso no los detuvo y decidieron volver a México.
“Llegamos a empezar de cero, fui ayudante de albañil, mi esposa vendía tamales y café, trabajamos durísimo y yo traía muchas ideas de construcción y cuando me di cuenta ya tenía 30 personas trabajando conmigo”, cuenta.
Blanca sabía que su esposo tenía el sueño de ser arquitecto, por ello en su cumpleaños número 36 le regaló un sobre, pero no con dinero sino con la inscripción a la universidad, y él correspondió titulándose en Arquitectura, con excelencia.
Con ganas de emprender, la pareja incursionó en la industria del hospedaje, primero con cabañas, con lo que ganaron la preferencia de los huéspedes. En octubre de 2021 cumplirán su primera década, al manejar seis cabañas y cinco habitaciones campestres y creciendo un 400 por ciento en alojamiento.
Al ser cuestionados sobre cómo surgió la idea de implementar un nuevo concepto de hospedaje, Emilio platica:
“Íbamos a ir de vacaciones a Canadá pero nos habían cancelado la visa y tuvimos que ir a Costa Rica, donde fuimos a un domo geodésico; era un lugar para mariposas y adentro tenía un riachuelo hermoso. Estaba tomando fotografías y pensé ¿cómo le hago para transportar esto y adaptarlo al hospedaje?”.
La pareja sabe que la nueva tendencia es el glamping, fusión de las palabras glamour y camping en inglés, es decir acampar con glamour. Para ello, habilitaron un terreno donde tenían una vieja cabaña llena de recuerdos familiares y la transformaron en algo elegante. Luego construyeron el primer domo, al que llamaron Sol, y este mes inauguraron otro llamado Luna; espacios innovadores con todos los servicios de un alojamiento de lujo: regadera, secadora, cable, frigobar, WiFi, cama, sofá, cocineta y calefacción.
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Como este es un proyecto novedoso, la pareja lo ingresó a Confía y fue aceptado para un crédito en marzo, pero por la pandemia les comunicaron que el apoyo quedaba en pausa. Emilio buscó modelos de domos geodésicos frecuencia 5 en Australia, Finlandia y Canadá, “porque cuando se le mete una idea no descansa”, confiesa Blanca. Finalmente, encontraron un proveedor en México y comenzaron la aventura empresarial.
Su experiencia en construcción, atención al cliente e innovación constante les ayudó para crear el concepto de Glamping, las Nubes, en Chignahuapan, el cual se ubica en la montaña de Teotlalcingo, donde se aprecia la vista panorámica.
Emilio cuenta que la idea del glamping es que las personas disfruten de la naturaleza, del senderismo, paseo en caballo, de un circuito de bicicleta o caminen en el bosque entre la neblina y luego puedan relajarse en total comodidad.
“Ha sido algo muy novedoso y llevamos ya tres peticiones de matrimonio en el domo Sol y ahora estrenamos el domo Luna. Ahora hay otras personas que ya están subiéndose a la tendencia pero creemos que nuestro lugar es especial, porque tiene la neblina y un clima ideal”.
Al preguntar cuál fue la clave de su éxito, responde que el apoyo de su familia, pero sobre todo la confianza en su producto, porque se aseguran de dar lo mejor a sus huéspedes:
“Hay personas que ofrecen hospedaje, comida, pero nosotros vendemos una experiencia, nuestra idea es ampliar el concepto para que los niños que nos visiten disfruten de la naturaleza, corten las manzanas y las coman debajo del árbol, que respiren el olor a bosque, que disfruten de algo que no olvidarán y cuando sean adolescentes vendrán a una cabaña con sus amigos y después con su pareja, y seguir viviendo cosas especiales”.
mpl