El Día del Niño está marcado en calendario el 30 de abril como un día para festejar a la infancia, aunque se celebre con mucha alegría, su origen no lo es, ya que esta fecha sirve para conmemorar a los niños que fueron víctimas de la Primera Guerra Mundial.
Luego de que este conflicto bélico dejara a cientos de personas afectadas, el 26 de septiembre de 1924 la Liga de las Naciones ratificó la Declaración de Ginebra sobre los Derechos de los Niños, que buscaba la protección de los menores. Un año después, durante la Conferencia Mundial sobre el Bienestar de los Niños que se realizó en Ginebra, se declaró oficialmente que el 1 de junio de 1925 sería el Día Internacional del Niño.
Posteriormente, y tras el surgimiento de la Organización de las Naciones Unidas, en 1959 se eligió el 20 de noviembre para celebrar el Día Universal de Niño, pues la fecha marca la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño.
Sin embargo, como apunta el sitio de UNICEF, la declaración "no era suficiente para proteger los derechos de la infancia", por lo que tras casi una década de negociaciones con gobiernos y líderes de todo el mundo, se acordó el texto final de la Convención sobre los Derechos del Niño el 20 de noviembre de 1989.
El Día del Niño se festeja en México desde 1924, cuando el gobierno de Álvaro Obregón aceptó la ratificación hecha por la Liga de las Naciones, pero se decidió que se festejaría el 30 de abril por tres fechas claves para los mexicanos: el Aniversario de la Revolución (20 de noviembre) día con el que se empalmaba; y por coincidir en la misma semana del Día del Trabajo (1 de mayo) y la Batalla de Puebla (5 de mayo).
El objetivo de la ONU es que en esta fecha se recuerde que los niños son los que más sufren las crisis y los problemas del mundo. También para "recordar que todos los niños tienen derecho a la salud, la educación y la protección, independientemente del lugar del mundo en el que haya nacido", y evidenciar las necesidades de los menores.
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