A casi un año del inicio de la pandemia, Jessica Villaseñor lanza hoy en un espacio físico su marca, como parte de los creadores de la galería Casa Elena (Popocatépetl 8-B), en la colonia Condesa de Ciudad de México.
Jessica estudió mercadotecnia y tiene una especialización en publicidad, a lo que se ha dedicado desde hace 14 años, sobre todo con marcas de lujo y automóviles. Hoy, sigue trabajando en la agencia de marketing digital de su novio.
Sin embargo, llegó la pandemia y el confinamiento, “llegó un punto en el que me cansó seguir haciendo lo mismo, desde hace tiempo tenía muchas ganas de crear algo y desde niña me han gustado los accesorios; en el encierro descubrí que tengo esa facilidad de trabajar con la piel”, cuenta en entrevista con M2.
Todo surgió cuando empezaron a ayudar a su suegro, quien vende cubrebocas, entonces a Jess se le ocurrió agregar otros productos al inventario. Empezó a trabajar con retazos de piel, y descubrió su talento.
“Lo empecé a hacer con retazos de cuero que compré en una peletería del centro, fui comprando utensilios en Amazon, y aprendiendo a usar las herramientas en Youtube… hasta que logré a piezas que me gustaron mucho”, asegura.
Como otras en esta pandemia, Jess empezó a vender sus piezas entre las mamás de la escuela de su hijo. Fue un éxito. Entonces decidió abrir la tienda en línea y una cuenta en Instagram (@nnormal).
“Nos dimos cuenta de que no es tan fácil vender este tipo de productos en línea, pues las personas se los quieren probar, ver cómo se les ve, sentir la textura; solo sirve como plataforma, eso sí”.
Tras un intento por abrir una tienda física en un centro comercial en Avándaro, que no prosperó porque a la distancia era compleja la logística, le llamaron de Casa Elena para invitarla a ser parte de los creadores que a partir de hoy ponen a la venta sus piezas.
bgpa