Un estudio realizado por las facultades de Veterinaria de Austria, Bélgica, Francia, Hungría, Italia, Rumania y España, demostró que más del 50% de los gatos domésticos estaban infectado por al menos un parásito potencialmente contagioso para las personas.
Los parásitos intestinales son los más frecuentes y el más común en tu mascota es el Toxocara, que es “bastante grande, de unos 10 centímetros de color blanco, el cual puede provocar problemas en el sistema nervioso, en la piel, ojos o padecimientos gastrointestinales”, explica la veterinaria Andrea Carrasco Reyes.
La especialista del Hospital Veterinario Pet Center, detalla que los gatos tienen contacto con los huevos de los parásitos en el ano o en las heces fecales del arenero y “lo transmiten a las personas que los besan o cuando después de acariciarlos se llevan las manos a la boca”.
Complicaciones
Los síntomas pueden empezar después de varias semanas de haber ingerido los huevos, pues eclosionan en el intestino y pueden llegar a cualquier parte del cuerpo: “en ocasiones la larva se puede ver debajo de la piel y se tiene que extraer”.
En casos graves, las larvas infectan el ojo, se produce inflamación y pérdida de vista, por lo que es necesario utilizar fotocoagulación con láser (un intenso haz de luz) para matar las larvas.
Prevención
Para evitar el contagio, la doctora aconseja realizar un estudio parasitoscópico dos o tres veces al año, ya que de esta manera es posible determinar el tipo de parásito que tiene la mascota para que reciba el tratamiento indicado.
“Si el gatos está dentro de casa, se remienda desparasitarlo de manera preventiva de cuatro a seis meses, pero si es un mascota que le gusta salir a la calle, lo aconsejable es realizarlo cada dos o tres meses”, puntualiza.
REPL