América y Cruz Azul son dos buques de guerra, equipos que semana a semana tienen una sola exigencia: ganar. Son instituciones cuyo principio básico es ese, aunque a La Máquina le ha faltado una cuota de suerte en las batallas finales, ha capitulado a la hora buena y sobre todo ante las Águilas que se han levantado como una fea pesadilla para la parroquia celeste.
Los dos mejores equipos del torneo se ponen frente a frente, un mano a mano que se saborea en cada uno de los frentes, porque son dos escuadras que han hecho tan bien las cosas que han logrado notas sobresalientes.
El cuadro de Juan Reynoso ha igualado un récord histórico de victorias consecutivas, cuando parecía que las dudas se encarnaban en los celestes, apareció el futbol y los goles hasta convertirse en un tren bala.
Pero lo hecho por el pelotón de Santiago Solari no desmerece, al contrario, es un grupo que se ha reinventado y ha trabajado cada partido, le quitaron tres puntos en la mesa y no se vinieron abajo, al contrario, son el único equipo que le ha sostenido el ritmo a los celestes.
A punta de goles América ha mostrado sus argumentos, son la mejor ofensiva del torneo con 23 goles (sin contar los dos que le quitaron en la mesa). Las Águilas socializan el gol, hasta 10 jugadores se han hecho presentes en el marcador, con Henry Martin como su mejor artillero con 10 anotaciones, le sigue Roger Martínez con 4 y después Pedro Aquino con 3. Incluso la fortuna les ha jugado de su lado, pues también tienen un autogol a favor.
Pero los cañoneros celestes no le envidian nada. La Máquina es otro equipo que ha mostrado su músculo en ataque, dejando claro que sí son líderes no es fruto de la casualidad. Jonathan Rodríguez es la amenaza más fuerte del cuadro celeste, el Cabecita ha anotado 7 goles y después le sigue Roberto Alvarado con 3. El equipo de Juan Reynoso ha logrado 21 dianas, por lo que su desempeño en ataque no es tan lejano al de América.
El escenario para este sábado ilusiona en demasía, en la cancha del estadio Azteca habrá dinamita pura, jugadores que son capaces de darle la victoria a su respectiva institución en cualquier balón que les quede a modo. Lo único que resta esperar es que los cañones exploten y regalen un espectáculo digno del torneo que han realizado.
HRL