Tres años, tiempo estimado de un equipo para sentenciar su descenso, tiempo en donde las malas decisiones, manejos, resultados deportivos, administración e, incluso, cuestiones extra cancha, terminan por dictar el funesto final.
Desde hace varios años, quizá más de una década, estos factores se han vuelto comunes en las Chivas, los cuales se han ido agravando poco a poco y, por ende, el Guadalajara ha peleado en la zona de descenso en el último lustro.
POBRES RESULTADOS
Con el título del año 2006 y los consecuentes torneos a dicho campeonato, el Rebaño -poco a poco- comenzó decaer.
Si la cuenta se realiza del Clausura 2008 hasta el Apertura 2014, se jugaron 14 liguillas, mismas en donde el Guadalajara sólo se hizo presente en cinco.
No obstante, el mal momento del equipo fue aún más notorio a partir del 2012, pues es en ese año en donde comenzó a gestarse la crisis en la que vive actualmente el cuadro rojiblanco.
Los pobres resultados cosechados en los años futbolísticos 2011-2012, 2012-2013 y 2013-2014, provocaron que para el ciclo 2014-2015, las Chivas comenzarán a batallar con el porcentaje.
Fue justamente en el Clausura 2015 cuando el Guadalajara, de la mano de José Manuel de la Torre, logró dar un respiro casi inmediato, pues -en ese certamen- Chivas volvió a una liguilla tras dos años y medio.
EL REALCE, EL TÍTULO Y LA DECADENCIA
Con la llegada de Matías Almeyda, y acompañado con el arribo de jugadores de renombre, las Chivas repuntaron, comenzaron a ganar títulos y ser nuevamente protagonistas en liguilla.
Con ello, acompañado del campeonato del Clausura 2017, el Guadalajara parecía olvidarse de la crisis que dos años antes lo aquejaba.
Sin embargo, el gusto duró poco. Tras el último título rojiblanco, volvieron los malos resultados y las erróneas decisiones a nivel directivo. Ahora, el Rebaño está a punto de cumplir cinco torneos sin estar en la liguilla y vive en el penúltimo sitio de la tabla porcentual.
eml