Paulo Pezzolano, entrenador de Pachuca, se marchó con un doble sentimiento de la cancha dele Estadio Azteca: Por un lado, con la amargura de haber quedado eliminado de la semifinal, pero por el otro, con la satisfacción de ver que sus jugadores dejaron todo en el campo de juego y que estuvieron cerca de lograr el pase a la gran final del Guard1anes 2021.
“Personalmente quería llegar a esa final, quería levantar la Copa, porque somos así, queremos ganar, pero bueno es futbol queda ese sabor amargo, pero cuando estás acá lo quieres dar todo y lo único que tengo son palabras de agradecimiento para los jugadores y para toda la gente que trabaja en Pachuca. Queríamos más, pero me voy con esa sensación de que este semestre fue muy duro y llegar hasta acá fue muy lindo, pero tú vas con esa sensación amarga y ahora nos queda descansar y prepararnos para el siguiente torneo”, dijo.
Pezzolano admitió que La Máquina supo llevar las riendas del partido, que le cerraron los caminos por las bandas y que al final ellos cayeron en la necesidad de buscar un centro para rematar, y aunque lo tuvieron no pudieron abrir la defensa celeste.
“Nos faltó movilidad, por momentos nosotros buscamos ir por afuera, pero nos cerraban muy bien los espacios, los laterales estaban pegados a nuestros extremos, no nos daban ese chance para que el extremo lo encare o para meterse pase en profundidad. También venimos con un desgaste grande en lo físico. Tuvimos las de convertir y no se nos dio lamentablemente y ahí se nos fue el partido terminamos siendo predecibles. Fue un partido muy táctico, es un gran entrenador Reynoso, tiene grandes jugadores y no es fácil ganarle a Cruz Azul”, comentó.
Luego, Pezzolano señaló que en su vestidor había mucho pesar por la derrota, porque su grupo estaba ilusionado con trascender y llegar a la final, luego de eliminar a Chivas y América.
“Los jugadores nunca perdieron la confianza, se confiaba mucho en el trabajo; en los últimos partidos conseguimos puntos impresionantes, dejamos fuera a Chivas y América, eso fue un desgaste emocional y físico. Todos estábamos con una ilusión tremenda y hoy hay un vestuario muerto porque teníamos una ilusión muy fuerte, pero no se logró, es futbol y a levantar la cabeza”, apuntó.