Una vez más, Lionel Messi no pudo levantar a Argentina y extendió su sequía de títulos con la Albiceleste. La selección pampera cayó contra Brasil (2-0), combinado que avanzó a su vigésima Final de Copa América y la primera desde 2007, cuando se coronaron en tierras venezolanas.
La Canarinha aprovechó sus oportunidades frente al arco y contuvo a los Gauchos en el Estadio Mineirão, el mismo inmueble donde hace cinco años la Scratch de Ouro sufrió la infame goleada 7-1 ante Alemania en las semifinales del Mundial 2014.
Jesus y Firmino, los verdugos
Brasil protagonizó un gran arranque con una fuerte presión al rival y encontró el gol al minuto 19 en una jugada fabricada por el lateral Dani Alves, que sorteó a dos rivales en carrera para ceder a la derecha a Roberto Firmino, quien puso un centro raso rematado por Gabriel Jesus, delantero que apareció por detrás de los centrales argentinos.
Reaccionó Argentina, que dispuso de un cabezazo de Sergio Agüero que se estrelló en el larguero (30'), tras un saque de falta de Lionel Messi, que lideró el juego de la Albiceleste pero no tuvo ocasiones claras, más allá de un disparo desde fuera del área que se marchó lejos de la portería de Alisson.
En el segundo tiempo, Argentina comenzó a imponer condiciones. Primero un centro de Nicolás Tagliafico que el Kun no pudo conectar y luego con una volea de Lautaro Martínez que el guardameta brasileño controló.
Al 56’, Messi tuvo una oportunidad. Después de entrar al área por la banda izquierda, la Pulga remató pero el balón pegó en el poste, y aunque en el rebote intentó acercar el esférico, ninguno de sus compañeros estaba cerca para empujarlo.
Avanzaba el reloj y las esperanzas argentinas se fueron desvaneciendo. Al 70’, Argentina buscó sin éxito el empate y Brasil hizo un contraataque letal, con Gabriel Jesus llevándose a dos defensores para centrarle a Roberto Firmino, quien la metió en la meta de Franco Armani y alargó la agonía de Leo con la casaca de su país.