En los últimos minutos Guillermo Ochoa salvó a la selección mexicana del desastre. Atajó de manera providencial un disparo directo en los instantes finales del tiempo extra y luego, ya en la tanda de penales, tapó el tiro de Fuller en la muerte súbita. Costa Rica hizo sufrir de más a México, pero ya está en las semifinales de la Copa Oro.
Y es que el partido fue un verdadero calvario para la selección mexicana. Pese a que Gerardo Martino plantó a la oncena más potente que podía formar, batalló mucho para hacerse del control de la pelota. El cuadro tico propuso un juego muy físico, de mucha presión y velocidad.
Los ticos tuvieron las acciones más peligrosas del primer tiempo, como un tiro libre que se fue apenas arriba, y un disparo que se estrelló en el poste, pero que ya se había invalidado por un supuesto fuera de lugar. mal.
Así se consumía el tiempo y la selección no encontraba una solución, hasta que en una jugada aislada se puso arriba. Rodolfo Pizarro tomó una pelota y pasó para Raúl Jiménez, el atacante abanicó su primer intentó de remate, recompuso, amagó y después sacó un derechazo que se incrustó en la portería costarricense. Así, sin ser para nada mejor que el rival, la selección mexicana se puso al frente en el marcador y respiraba.
Un penal inexistente
En el complemento México se veía más decidido. Antuna hizo dos desbordes y en el primero casi provoca el autogol. Pero Costa Rica no se achicó y en su primera intentona Campbell consiguió un penal inexistente. El atacante disimuló un contacto de Luis Rodríguez y el árbitro John Francis Pitti de Panamá se lo creyó. Bryan Ruiz lo hizo efectivo al minuto 52.
El golpe lo resintió la selección, pero de inmediato trató de recomponer. Al minuto 57 Jiménez probó de larga distancia y Leonel Moreira mandó a tiro de esquina. Minutos después vino otra oportunidad mexicana, ahora fue Rodríguez el que mandó el centro al área y ahí remató Raúl, apenas a un lado.
El Tricolor se hizo de la pelota y empezó a tejer sus arribos, pero sin la claridad deseada. Conforme se acercó el final del tiempo reglamentario el partido se hizo de ida y vuelta. Así como México atacaba, Costa Rica le respondía.
Cuando el partido ya agonizaba, Carlos Rodríguez sacó un remate que se estrelló en el travesaño. En los últimos instantes la selección fue más ímpetu que ideas, mientras que Costa Rica tiró latigazos a velocidad que provocaron muchos sobresaltos. Llegó el alargue.
Apareció Ochoa
México trató de definir el partido en los 30 minutos de los tiempos extras, pero de nueva cuenta erraba en el último tercio de la cancha. Costa Rica seguía en lo suyo, jugando al contragolpe, tratando de sorprender a México y estuvo cerca cuando un balón le llegó franco a McDonald, quien sacó un derechazo cruzado que obligó una monumental atajada de Ochoa.
En los penales falló Jiménez el primer tiro, el delantero más certero de México; luego Montes acertó; Borges y Aguilar no fallaron por Costa Rica; tocó el turno de Alvarado que anotó y Leal por Costa Rica lo falló. Se había empatado el juego. Vino después Gallardo y le devolvió la calma al Tricolor; Duarte, por los ticos, tampoco se equivocó; en el quinto Moreno con sangre fría acertó, pero también lo hizo Calvo. En muerte súbita Salcedo anotó y Memo Ochoa se lo paró a Fuller. Fin de la historia