Se sabía que el duelo amistoso de la selección mexicana ante Guatemala era más un relleno dentro del calendario para saldar los duelos que quedaron pendientes en Estados Unidos por la pandemia, que un inicio formal de lo que será la preparación para la Copa del Mundo de Qatar.
Y sí, cumplió con el cometido principal, registrando una buena entrada en el Camping World Satdium de Orlando, Florida; y falló con lo segundo, pues no abonó en nada en los futbolístico para el Tricolor, que no pudo romper el 0-0 con el que inició el juego.
Así se debe de tomar, porque de lo contrario, si anoche se esperaba el arranque formal de la preparación para el Mundial, entonces, las alarmas se deben de encender de inmediato, porque México fue parco y soso, tal como finalizó el Octagonal de la Concacaf.
Eso sí, factores hay de sobra para quitarle esta etiqueta, desde el hecho que no se jugó en Fecha FIFA y, por ende, los mejores elementos de este Tricolor no estuvieron presentes; incluso, el mismo Gerardo Martino, con sus problemas en la retina, no pudo viajar de nueva cuenta. El equipo B solo sirvió para cumplir el compromiso.
Un juego sin intensidad
Como sinodal del Tricolor B estuvo Guatemala, un equipo en reconstrucción bajo el mando de Luis Fernando Tena. Con mucho orden, así se presentó el conjunto centroamericano a la expectativa de lo que podía ofrecer la selección mexicana.
Y el cuerpo técnico nacional optó por mandar a la cancha a Carlos Acevedo en la portería; Kevin Álvarez, Israel Reyes, Jesús Angulo y Érick Aguirre en la defensa; con Luis Chávez, Érick Sánchez y Sebastián Córdova en la media cancha; mientras que adelante estuvieron Alejandro Zendejas, Roberto Alvarado y Santiago Giménez.
El primer tiempo fue muy flojo en términos generales. Con nada destacado por relatar. El cuadro nacional mantuvo el control de la pelota, pero sin lograr profundidad en el último tercio del campo. En la primera media hora, después de tantos arribos infructuosos, solo un tiro libre de Córdova, desviado por la barrera, fue lo más cercano a un arribo de peligro. Así se fueron a los vestidores.
Flores, apagado
En el segundo tiempo la misma tónica se mantuvo. Guatemala expectante y reservado, mientras que México circulaba la pelota sin mayor profundidad. Es más, no hubo nada más relevante que el ingreso, al minuto 60, de Marcelo Flores.
Sí, la llamada nueva joya mexicana de nuevo jugó con la selección mayor a expensas de decidir un futuro, que se está condicionando más con las declaraciones vertidas en la prensa, que con el juego y el mérito deportivo. De Marcelo no hubo mucho tampoco. Muchas ganas, sí, pero poca asociación con sus compañeros.
Así transitó el juego hasta el minuto 66, cuando Guatemala tuvo la más clara del juego, en un cobro a balón parado que llegó al área; ahí Andrés Lezcano logró conectar con la cabeza, pero para su mala suerte el balón apenas se fue por arriba.
Al 75' Luis Chávez estuvo cerca con un tiro libre que pasó muy cerca del poste izquierdo de Nicholas Hagen, pero no hubo gol. México fue gris, con poco o nada por rescatar.
RGS