Con gastos de salud que explotan y una mano de obra que se reduce de manera alarmante, ministros y presidentes de los bancos centrales del G20 analizaron ayer el envejecimiento de la población.
Japón, que presidió la reunión de Fukuoka (suroeste), no eligió por azar este tema. Muy pronto se convertirá en el primer país “ultraviejo” del planeta, lo que significa que 28 por ciento de sus habitantes tendrán 65 años o más. Serán cerca de 40 por ciento en 2050.
Enfrentado a este problema que frena su crecimiento, la tercera economía mundial quería compartir su experiencia.
Su consejo, dirigido en particular a las economías menos desarrolladas, es que actúen antes de que sea demasiado tarde.
“Lo que decimos es lo siguiente: ‘Si el envejecimiento demográfico comienza a producir un impacto antes de que se vuelvan ricos, ya no podrán tomar medidas eficaces’”, advirtió el ministro de Finanzas nipón, Taro Aso.
En el G20 se codean países de perfil muy diferentes, desde el anciano Japón a las naciones muy jóvenes como Arabia Saudita, India o Sudáfrica.
La mayor expectativa de vida y el retroceso de la tasa de natalidad contribuyen a una rápida expansión de los jubilados en los países ricos, como Alemania, Francia, España, Italia o Corea del Sur, según la OCDE, que llevó a cabo una serie de estudios sobre el tema.
Este problema se extiende ahora a países emergentes como Brasil y China, remarca.
Hacia 2050, el número de habitantes de al menos 60 años en el mundo se duplicará hasta superar los dos mil millones.
”El envejecimiento ejerce una presión sobre las finanzas públicas que se traduce en un aumento de los gastos en jubilaciones y salud”, explica el Fondo Monetario Internacional (FMI) en una nota publicada ayer, en ocasión de este G20 sobre Finanzas en la ciudad nipona de Fukuoka.
Japón exhibe una enorme deuda equivalente a cerca de 230 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB) por el tema del envejecimiento.
Una situación que hace que los jubilados ahorren por temor a ver que se recortan sus pensiones, mientras que los más jóvenes rechistan antes de gastar por temor al futuro.
Por otra parte, “la riqueza de estos países terminará por verse afectada forzosamente, ya que cada vez menos personas están en condiciones de trabajar”, según el FMI.
“No es algo que se pueda detener”
Si la tendencia afecta a “la humanidad entera, el G20 envejece particularmente rápido”, subrayó ayer el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, entrevistado por la agencia de noticias francesa AFP durante la reunión en la ciudad de Fukuoka, en torno al tema de la edad de la población en los países más desarrollados del mundo.
“Es una tendencia que va a continuar, me temo. No es algo que se pueda detener de repente”, agregó el mexicano, titular de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económicos.