Los kilómetros y las horas de espera para poder despedirse de la reina Isabel II aumentan cada vez más.
Ayer, segundo día de puertas abiertas en el Palacio de Westminster, el tiempo en la fila pasó de ocho a nueve horas y la distancia para poder tener de cerca el ataúd de la monarca británica, ahora es de casi ocho kilómetros.
Ni las advertencias en que se han convertido las comunicaciones oficiales del gobierno británico o las notas informativas de los medios han ahuyentado a los llamados dolientes, quienes este jueves salieron por millares para caminar en sentido contrario a la fila, a pie del río Támesis, para buscar al último en la cola y formarse detrás.
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Y ya ni decir de las publicaciones en redes sociales como Twitter, en la que el hashtag #queenqueue (#filareina) fue tendencia en el Reino Unido por los comentarios irónicos, algunos más informativos y referenciales, así como otros de plena mofa con memes tomados, por ejemplo, de la histórica portada del grupo musical The Beatles en el cruce de la calle Abbey Road para decir que John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr eran parte de la cola o que buscarían incluir esta fila en los récord Guinness. Incluso durante un momento se generó un debate entre algunos usuarios que hicieron cuentas del total de personas que lograrían despedirse de su majestad tomando en cuenta toda clase de factores: 350 mil, 470 mil, 500 mil...
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A los fieles de Elizabeth Alexandra Mary tampoco les importó que la temperatura en la capital inglesa bajó significativamente este jueves y que incluso, por momentos, estuvo a punto de llover.
A lo que tampoco han hecho caso es al llamado de las autoridades británicas para que no lleven sillas de ningún tipo porque no se permitirán su acceso al Westminster Hall; sin embargo, las personas las utilizan, principalmente plegables, durante varios tramos de la fila y en el primer filtro de seguridad las dejan, de todos tamaños, colores y materiales, en la calle.
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El último corte hecho ayer por el gobierno del Reino Unido, a las 22:19 horas, tiempo de Londres, 16:19 horas de la Ciudad de México, la fila superaba los 7 kilómetros con 800 metros, siendo el parque Southwark el punto de referencia del final de la cola.
Debido a esta enorme afluencia de dolientes que quieren ingresar al Palacio de Westminster, las autoridades en la capital inglesa incluso han tenido que poner a disposición una página de internet para planificar la ruta, de acuerdo a las necesidades de cada persona.
Aunque siempre habrá la posibilidad de seguir la transmisión en vivo e ininterrumpida que la agencia británica de noticias, la BBC, está llevando a cabo, y que, en YouTube, por ejemplo, se puede seguir desde cualquier parte del mundo; ayer por la noche de Inglaterra tenía, en promedio, unas 7 mil 500 vistas.
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Y quizá, por un incentivo extra que habrá este viernes, los simpatizantes de la reina Isabel II aumenten todavía más las filas y las horas de espera: la familia real ha anunciado que el rey Carlos III, la princesa Ana, el príncipe Andrés, duque de York, el príncipe Carlos, conde de Wessex, mostrarán sus respetos como, desde el miércoles, miles de dolientes lo han hecho en Westminster Hall.
Eso sí, la realeza no tendrá que estar formada durante nueve horas de una fila de casi ocho kilómetros por las calles de Londres. Tampoco tendrá que usar una pulsera como identificación que ha pasado del color amarillo, el miércoles, al naranja, el jueves. Mucho menos tendrán que apagar su celular ni pasar por el detector de metal, tipo aeropuerto, que las autoridades han instalado antes de poder ingresar al histórico recinto parlamentario británico, conocido como Capilla Ardiente.
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A las 19.30 horas, tiempo de Londres, 13:30 horas de la tarde de la Ciudad de México, los integrantes de la familia real se formarán alrededor del ataúd y realizarán, por algunos minutos, una guardia de honor junto con los guardias del rey que mantienen una permanente vigilia, como lo llaman los británicos, del ataúd de su majestad.
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Impresiona la capacidad de estos guardias reales para mantenerse en la misma posición durante horas, seis para ser exacto, que es el tiempo que dura cada vigilia, incluso con sus uniformes que lo hacen más complicado, pues, en algunos casos, el característico sombrero alto de piel de oso, les llega a tapar los ojos. Lo único que los ayuda es poderse recargar en la especie de alabarda que llevan consigo hasta que llega el relevo marchando en formación de dos en dos, y es que si para los fieles de la reina Isabel II es devoción, para ellos es honor y deber.
AMP