¿De prisión a país? Cómo los británicos llegaron a fundar Australia

Australia, la "isla continente", es uno de los destinos más codiciados para quienes buscan empleos o conseguir becas al extranjeros debido tanto a su alto nivel educativo como de estilo de vida. Tiene temperaturas extremas en el centro, pero ambientes costeros en su ciudades como Sídney, Melbourne y Brisbane.

Es además uno de los territorios donde gobierna la Reina Isabel II —bajo el mismo precepto que Canadá y Nueva Zelanda—, y no sólo ello, en la próxima década será la sede de los Juegos Olímpicos de Verano de 2032. Sin embargo, la historia de cómo nació Australia como país es completamente diferente a como suelen formarse las naciones, que generalmente proclaman su independencia o se fundaron bajo un reino.

El "continente" que fue explorado por los españoles y holandeses

Australia había sido habitada, desde hace más de 50 mil años, por tribus indígenas que estaban asentadas en lo que antes se consideraba la masa continental de Sahul, donde "la gran isla" estaba plenamente conectada con tierra con las actuales Papua Nueva Guinea e Indonesia, esto cuando el nivel del mar era relativamente bajo.

Sin embargo, las tribus tuvieron que adaptarse a los dramáticos cambios climáticos que ocurrieron la zona. Hace 30 mil años, el nivel del mar comenzó a descender, las temperaturas bajaron y el interior de Australia se volvió más árido y hasta terminaron fusionándose las islas de Nueva Guinea y Tasmania, esto en medio de la última era glacial. 

Entre hace 19 mil y 14 mil años atrás las temperaturas y el nivel del mar comenzó a subir, se separaron ambas regiones de la Australia continental, lo que provocó nuevamente el distanciamiento geográfico de ambas islas, donde mucho tiempo después comenzaría a formarse el actual Estrecho de Torres.

Estos brutales cambios de temperatura pudieron resistir las tribus de la zona. Antes del primer contacto europeo, la mayoría de los australianos indígenas eran cazadores-recolectores con economías y sociedades complejas.

Se desarrollaron relaciones comerciales y sociales que se reflejaron en el arte, las ceremonias y las tradiciones orales aborígenes. Estas tribus adoptaron canoas y arpones de metal de los indonesios, lo que les permitió cazar mejor dugongos y tortugas en la costa y las islas cercanas, y pudieron introducir al ecosistema los lobos dingos.

Aunque se cree que los portugueses llegaron a esta zona durante inicios del siglo XVI, el descubrimiento oficial se daría en 1606 por el holandés Willem Janszoom, quien recorrería el extremo noreste del país —hoy, la península de Cabo York—, mientras exploraba las islas de la actual Indonesia. Sin embargo, los españoles estaban en la "carrera" de las exploraciones, ya que el navegante Álvaro de Mendaña llegó a las actuales Islas Salomón en 1568.

El primero que trató de llegar a la actual Australia fue explorador portugués Pedro Fernández de Quirós (Pedro Fernandes de Queirós) en 1605 —en ese momento, Portugal y Castilla eran un sólo reino—, quien creyó haber hallado la "gran tierra mítica del sur" tras haber partido a mar abierto desde Perú, cuando en realidad llegó a las islas de las Nuevas Hébridas —hoy Vanuatu— y trató de fundar un asentamiento en la zona, mismo que fue abandonado por la hostilidades de las tribus locales.

Tras el fallido asentamiento, Fernández de Quirós regresó de las islas de Pacífico hacia el puerto de Acapulco, en la Nueva España. Planificó de inmediato una segunda expedición junto a su ayudante, Luis Váez de Torres en enero 1606, partiendo nuevamente desde Perú para la búsqueda de la "tierra incógnita".

Tras un viaje de meses, en junio llegaron ambos nuevamente a las Nuevas Hébridas, y ahí estuvieron algunas semanas antes antes de viajar hacia las Filipinas —que ya pertenecían a la Corona Española—, en la que el mal clima provocó que los barcos que Torres y de Fernández de Quirós se separan.

Torres tomó el mando de la nueva exploración, y recorrió el extremo norte de Australia y por parte las actuales islas de Indonesia, para posteriormente llegar hacia Manila.Con los siglos, se le denominaría ese estrecho con el nombre del navegante español, quien llegando a Filipinas, no volvería a regresar a España.

Los holandeses terminaron de explorar las islas de la zona y llamaron a isla continente como la "Nueva Holanda", región que sería plenamente explorada por los holandeses, ya que lograron establecerse en 1619 en las islas de Indonesia, donde fundaron la ciudad de Batavia —hoy Yakarta, la capital del país—, estableciendo las Indias Orientales Neerlandesas y fueron los primeros europeos en instalarse.

Los holandeses ayudaron plenamente a la exploración de las costas de Australia, ya que llegaron hasta el extremo sur de la isla —la actual isla de Tasmania y lo que posteriormente sería la ciudad de Adelaida—, sin embargo, nunca se establecieron en el continente debido a sus condiciones climáticas.

​Para 1688, los ingleses empezaron a explorar la zona, esto con la ayuda del navegante y bucanero William Dampier —quien fungía como pirata en México, Centroamérica y Perú asaltando barcos y zonas costeras españolas—, ya que fue contratado por la corona británica, bajo los monarcas Guillermo III y María II, para explorar la Nueva Holanda, que detalló la flora y la vivencia de las tribus indígenas de Australia.

Sin embargo, la entrada formal de los ingleses a Australia sería hasta 1770 con el navegante James Cook hacia las Islas Polinesias —donde llegaría y realizaría sus varios viajes emblemáticos a Tahití, hoy parte de la Polinesia Francesa— cuando llegó a la única zona que no exploraron los holandeses: la costa oriental. Ahí reclamó la zona que no estaba en manos de los holandeses y nombró la zona como Nueva Gales del Sur. 

La colonia penal de la Corona Británica que se convertiría en país

Cuando James Cook regresa a Inglaterra, los británicos se enfrentaban a la pérdida de las Trece Colonias y esto derivó que la Corona Británica dedicara esfuerzos a buscar nuevos territorios para suplir esa pérdida y se interesaron por esos territorios.

Thomas Townshend, primer vizconde de Sídney y ministro de Interior del Imperio Británico, tomó la decisión de establecer una colonia en Australia por dos razones: el fin del transporte de criminales a Norteamérica tras la Revolución Americana —que darían después a la independencia de Estados Unidos— mismo que fue agravado por el conflicto y había una sobrepoblación carcelaria, así como establecer una base en el Pacífico para contrarrestar la expansión francesa que empezaba con las Islas Polinesias y establecer comercio con Japón. 

Años más tarde, el gobierno británico envió la "Primera Flota" que constaba de más de mil colonos, incluidos 778 convictos (192 mujeres y 586 hombres), bajo el mando del Capitán, Arthur Phillip, para establecer una nueva colonia penal en Nueva Gales del Sur.

La mayoría de los primeros convictos fueron transportados por delitos menores y asignados como trabajadores o sirvientes a su llegada. Ahí se instaló un campamento y se izó la bandera británica en la Cala de Sídney —la actual bahía de la ciudad— el 26 de enero de 1788. Con eso, se daría la fundación de la actual Australia.

Phillip tenía total autoridad sobre los habitantes de la colonia. Su intención personal era establecer relaciones armoniosas con las tribus  locales y tratar de reformar y disciplinar a los convictos de la colonia. Trató de mantener buenas relaciones con ellos y castigar a quien decidiera matarlos, aunque hubo buenas intenciones, muchos de ellos empezaban a morir debido a las enfermedades que trajeron los europeos a las nuevas tierras. 

El capitán también tenía instrucciones de establecer el asentamiento en la bahía de Botany —al sur de Sídney— por recomendación del botánico Joseph Banks, quien había acompañado a Cook, como un sitio adecuado para un asentamiento, pero se negó porque no contaba con fuentes directas de agua, que sí tenía la Cala de Sídney.

Phillip envió misiones exploratorias en busca de mejores suelos y se estableció en la región de Parramatta —hoy, parte de la gran mancha urbana de Sídney— como una área potencial de expansión,  para construir un pequeño municipio. 

Los primeros años de la nueva colonia británica fueron relativamente difíciles, ya que los primeros esfuerzos para la agricultura fueron relativamente tensos y los suministros en el extranjero eran escasos. Empezó a llegar más gente convicta del Reino Unido, pero no contaban con habilidades requeridas para establecer la colonia, ya que eran "criminales profesionales" y muchos ellos murieron por sus malas condiciones de salud. Además, hubo intentos de que Francia la colonizara.

Para ese entonces, el territorio de Nueva Gales del Sur contemplaba toda Australia al este del meridiano de 135° Este, incluyendo a más de la mitad de Australia continental y reflejaba la línea de división entre los reclamos de España y Portugal establecida en el Tratado de Tordesillas en 1494.

Entre 1788 y 1792, la población carcelaria constituía gran parte de la nieva población, pero empezaba a crecer la población que plenamente era libre debido a ex convictos emancipados, niños recién nacidos y soldados cuyo servicio militar había expirado. Muchos de los presos tenían orígenes irlandeses.

Tras la partida de Phillip en 1793, los oficiales militares de la colonia británica empezaron a comprar tierras e importar bienes de consumo de los barcos visitantes, incluso los ex convictos comenzaron a cultivar y dedicarse al comercio, pero sufrieron un pleno aislamiento y se mantenían los problemas para la agricultura, que también generó épocas de hambruna, además de un pleno control militar por parte de los navales.

Sin embargo, para 1798 ya había conflictos entre el trato de los convictos y los colonos libres. Con el segundo gobernador de Nueva Gales del Sur, John Hunter, se enfrentó con problemas para quitarle el poder de los militares que estaban bajo el mando de Francis Grose, quien explotó sin piedad a los presos para el trabajo, propició el tráfico de bebidas alcohólicas —del que obtuvo grandes ganancias— obtuvo el control de los tribunales recién creados y los almacenes públicos.

​Además, se enfrentaba en una gran rivalidad con quien impulsó la primera industria en Australia: John Macarthur, que defendería sin piedad sus intereses comerciales del comercio de lana, pero Hunter no interfirió en sus asuntos.

Macarthur, pese a sus claras intenciones monopolistas y de ser el principal enemigo del nuevo gobierno, sería clave para la historia de Australia años después tras propiciar la 'Rebelión del Ron' en 1808, el primer y único "golpe de Estado" en el país, debido a la enemistad que tenía con el entonces gobernador, William Bligh, quien afectaba los intereses del comerciante, entre ellos, el que distribuyera grandes cantidades de ron barato en el Cuerpo (de gobierno) de Nueva Gales del Sur y que provocó el derrocamiento del general, que poseía baja popularidad entre los colonos. 

​Sin embargo, en esa época comenzaría la expansión territorial a cargo de los ingleses. Durante la primera mitad del Siglo XIX, la extensión territorial de Australia por parte de los ingleses se hizo más presente.

Se fundaron otras gobernaciones como el de Tasmania —por muchos años conservó el nombre de la Isla Van Damien— en 1825, Australia Occidental (1832), Australia Meridional (1836), Victoria (1851) y Queensland (1859), así como las principales ciudades del país como Melbourne, Adelaida, Perth y Brisbane.

Esto derivó en la "Guerra de Fronteras", donde a medida que los ingleses empezaran a asentarse en toda Australia, había enfrentamientos hostiles con las tribus indígenas cuando su presencia llevó a la competencia por los recursos derivada de la ocupación de sus tierras.

La expansión de la colonización británica provocó a su vez la reducción de la población indígena, que fue derivada de las enfermedades, la desintegración cultural y el reasentamiento que les fue obligado por parte de los colonizadores. Para el trato entre las tribus y los británicos se aplicaba una norma de "ojo por ojo" en caso de agresión, mismo que provocó una masacre étnica.

La llegada de migrantes por el oro y la parcial independencia del Reino Unido

Muchos de los nuevos territorios, se fundaron como "libremente asociados", pero mantuvieron el sistema de convictos con la que se inició en Nueva Gales del Sur, pero eso empezaría a cambiar tras la exploración de las nuevas tierras y, principalmente, el hallazgo de oro en la colonia de Victoria.

La "fiebre del oro australiano", que inició en 1851, transformó las colonias de convictos en ciudades más progresistas, que impulsó plenamente la migración de chinos, estadunidenses y europeos hacia Australia. El colectivismo minero llegó a formar una identidad nacional que, pese a que muchos de ellos no hallaban el "bien preciado", también decidieron integrarse a las comunidades.

La población de Australia pasó de 430 mil personas en 1851 a triplicarse en 20 años, alcanzando 1.7 millones de habitantes en 1871. Pese a que se había convertido en una sociedad multicultural, había rechazo hasta los migrantes no europeos, en especial a los chinos. 

Entre 1855 y 1890, las seis colonias obtuvieron individualmente un gobierno responsable, contaban con su pleno parlamento, manejaban la mayoría de sus asuntos propios mientras seguían siendo parte del Imperio Británico, que aún mantenía algún control en su gobierno, como la defensa y los asuntos exteriores.

Pero esto generó la rivalidad entre colonias, principalmente entre las dos más pobladas. Mientras que Victoria se convirtió en la "tierra del oro", Nueva Gales del Sur era el territorio comercial y exportador, esto plenamente definió incluso la ideología de sus nuevas cámaras, donde dominaban los liberales en Melbourne y los conservadores en Sídney.

La rápida expansión económica que siguió a la fiebre del oro produjo un período de prosperidad que duró 40 años y culminó con el gran boom de la tierra en la década de 1880. Pese al desarrollo, aún se mantenían algunos conflictos territoriales, algunos convictos lograban escapar dentro del territorio, se denunciaba la explotación laboral, y se empezó a desarrollar una desigualdad social.

Con eso se formarían sindicatos de esquiladores de ovejas, mineros y estribadores en muelles durante ese "boom". En ese momento, Australia se ganó la reputación de ser "el paraíso del trabajador", pese a que mantenían discriminación contra los chinos. En ese momento, la gran parte de los trabajos y puestos del gobierno estaban plenamente reservados para los blancos.

La expansión económico no pudo durar para siempre, y en 1891 dio paso al "Gran Crash", una depresión económica que duró todo el final del siglo XIX y que generó un alto nivel de desempleo, quebró miles de empresas, y los empleadores respondieron reduciendo los salarios, mismo que derivó en huelgas y enfrentamientos sociales. 

Aunque las colonias ya habían avanzado en su transición democrática, el sentimiento de buscar un gobierno independiente se acrecentó durante el "Gran Crash" de 1891. La ineficiencia del gobierno y el fuerte rechazo a la migración impulsó que las seis colonias quisieran sumarse a una confederación y proclamar su independencia. 

Henry Parkes, quien era el gobernador de Nueva Gales del Sur, ya había propuesto conformar una federación de colonias —impulsado con la idea de Estados Unidos y Canadá— con el fin de garantizar el comercio entre ellas, para no ser afectados por el proteccionismo, y estandarizar varias normativas.

El primer éxito de formar una Federación fue en 1883, cuando se realizó la Convención Intercolonial en Sídney, esto por motivo del rechazo de los colonos a la anexión de Nueva Guinea como parte del territorio de Queensland y el rechazo de ver a una Australasia federalizada. Dos años más tarde se promulgó la Ley del Consejo Federal, mismo que daría el primer paso hacia la Australia independiente.

En ese momento se incluyó a otros dos territorios británicos —las islas Fiyi y Nueva Zelanda—, pero al final terminaron desistiendo. El Consejo Federal tenía atribuciones legales sobre la explotación de los recursos, pro no contaba con una secretaría permanente, poderes ejecutivos ni ingresos propios, pero fue la primera forma importante de cooperación intercolonial, ya que brindó oportunidades para que federalistas de todo el país se reunieran e intercambiaran ideas.

Las convenciones sobre formar una federación se realizaron en medio de la crisis económica de 1891, además, se estaba debatiendo si se adoptaba el centralismo canadiense, el federalismo suizo o el sistema político de Estados Unidos. 

Se hicieron intentos de borradores, unos buscaban plenamente formarse como un gobierno semejante al de Estados Unidos —impulsado por el presidente de la Corte Suprema de Tasmania, Andrew Inglis Clark—, o el de mantener la independencia del gobierno australiano —incitado por el gobernador de Queensland, Samuel Griffith—, pero manteniendo las relaciones estrechas con la Corona Británica y transitar hacia una federación de forma gradual.

El resurgimiento del movimiento federal se debió al crecimiento de las ligas federales y las organizaciones nacionalistas comprometidas con la federación, como la Asociación de Nativos de Australia. El borrador final fue luego aprobado en una serie de referendos de 1898 a 1900, donde la gran mayoría votó a favor del "Sí".

El gobierno británico —que medianamente había aceptado la independencia de las colonias— se opuso a algunos elementos del borrador final, pero con algunos cambios se aprobó en 1900 la Constitución de la Mancomunidad de Australia.

La nueva Constitución establecía un parlamento bicameral —conformado por un Senado y una Cámara de Representantes—, un gobernador general como representante de la monarquía británica, establecía un Tribunal Superior de Justicia y la división de poderes entre los estados. El acuerdo fue ratificado por el parlamento británico y la Independencia de Australia se decretó el 1 de enero de 1901.

Un nuevo país, pero con disputa por Canberra y cerrado para los "no blancos"

Al declararse la independencia de Australia en 1901, había una disputa entre las dos principales ex colonias por decidir si Sídney o Melbourne sería la capital de Australia. Esa disputa se quedó en un compromiso de ambas construirían una nueva ciudad que estuviera al menos a 160 kilómetros de Sídney. 

La localidad de Dalgety había sido la elegida para establecer la nueva capital federal, pero Nueva Gales del Sur se negó a ceder los terrenos. Fue hasta 1908 cuando se acordó que la localidad de Yass-Queanbeyan sería la nueva sede, con la que comenzaría la construcción de Canberra.

El Ministro del Interior, King O'Malley, lanzó un concurso internacional para desarrollar el plano de la futura Canberra, el cual lo ganó el arquitecto estadunidense, Walter Burley Griffin, ganó el concurso en 1913, pero realmente quien la diseñó fue su esposa y socia profesional, Marion Mahony Griffin. En ese año se instaló la primera piedra de la ciudad. 

Su idea era dividir la ciudad propuesta en mitades, utilizando un lago como punto de división. Las dos secciones resultantes debían designarse como parte de la civilización y parte gubernamental y donde los principales puntos, como el parlamento y la sede del gobierno, iban a dividirse en grandes rotondas, esto de forma deliberada para que la orientación de los componentes estuviera relacionada con varios puntos de referencia topográficos en Canberra. ​La construcción de la capital culinaria hasta 1927.

Sería hasta 1931 que el Estatuto de Westminster de Gran Bretaña daría la completa independencia de Australia del Reino Unido, aunque estaría bajo el yugo del monarca de forma simbólica —también concedieron al independencia de Nueva Zelanda y Canadá—, pero que sería ratificado años después, en medio de la Segunda Guerra Mundial.

Desde entonces, Australia comenzó a crecer económicamente debido al modelo de exportaciones hacia el resto del mundo, principalmente impulsado por su desarrollo agrario y comercial. Miles de extranjeros llegaron al país, pero esto bajo una política de la "Australia Blanca", en la que sólo los europeos podían asentarse en el territorio, mismo que acabaría hasta 1970, donde pudieron llegar a formalmente asentare gente de China, India y de otras regiones de Asia.

En esa década, se iniciaría la "Nueva Ola Australiana", donde se generó una nueva identidad nacional a través del multiculturalismo —donde también se reconocieron plenamente a las tribus indígenas, y resurge culturalmente hablando debido a la nueva ola del cine local.

Aunque ha habido crisis institucionales, entre los conservadores y los laboristas, así como el resentimiento de las crisis económicas mundiales, Australia ha sido uno de los principales destinos para migrar con motivos laborales o estudiantiles.

dmr