Miles de personas en el este de Australia fueron instadas el martes a dejar sus casas por la llegada de fuertes tormentas a una zona que todavía se recupera de las inundaciones sufridas semanas atrás.
Varias órdenes de desalojo fueron emitidas en la pequeña ciudad de Lismore, que quedó devastada el mes pasado por inundaciones récord, que llegaron hasta los 14.3 metros de altitud y arrasaron casas, arrastraron coches y dejaron a los ciudadanos atrapados en los tejados de sus viviendas.
Cientos de personas tuvieron que ser rescatadas, algunas por vecinos con barcas particulares o incluso kayaks porque los servicios de emergencia estaban saturados.
Para evitar una situación parecida, esta vez los servicios de emergencia movilizaron recursos adicionales y los residentes prepararon sus casas para las fuertes lluvias y se trasladaron a terrenos más elevados antes de la llegada de la tormenta el martes por la tarde.
Las inundaciones de febrero se cobraron 21 vidas en los estados de Queensland y Nueva Gales del Sur y desplazaron a miles de personas, muchas de las cuales viven en alojamientos temporales en áreas donde se esperan fuertes precipitaciones esta semana.
"Como las cuencas están ahora saturadas, habrá un mayor riesgo de inundaciones peligrosas y potencialmente mortíferas e incluso desprendimientos de tierra durante este evento", indicó la oficina meteorológica nacional en un aviso el lunes.
En el estado de Queensland, un hombre murió el lunes en su coche por inundaciones pese a los intentos de auxilio de la policía. Una mujer pudo ser rescatada del vehículo, donde también quedaron atrapados varios perros.
RM