Estados Unidos utilizará las restricciones de la era de la pandemia, bajo el Título 42, para expulsar rápidamente hacia México a los migrantes cubanos, nicaragüenses y haitianos, como ya hace con los venezolanos, que sean detenidos cruzando ilegalmente a través de la frontera sur, afirmó este jueves el presidente Joe Biden.
México aceptará hasta 30 mil migrantes expulsados por mes de esas nacionalidades, según una hoja informativa de la Casa Blanca.
Al mismo tiempo, Biden anunció que permitirá que hasta 30 mil personas de esas cuatro nacionalidades ingresen a Estados Unidos por vía aérea cada mes.
“Este nuevo proceso es ordenado, seguro y humano”, aseguró el mandatario, pero sin dejar de advertir a las personas de esos países que “no se presenten en la frontera” si no tienen un patrocinador estadunidense.
El plan es parte de un esfuerzo más amplio para disuadir a un número récord de personas que cruzan la frontera con México y abordar un desafío político y humanitario que ha perseguido a Biden desde que asumió el cargo en enero de 2021.
Avala la SRE
El gobierno mexicano avaló la decisión de Estados Unidos de aceptar a los 30 mil migrantes al mes, aunque dicha política implique la expulsión inmediata del resto de personas a México.
“México recibe con agrado el anuncio de nuevas acciones por parte de Estados Unidos para lograr una migración ordenada, segura, regular y humana”, expuso la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en un comunicado.
La cancillería mexicana recuerda que “el acceso de las personas migrantes a dicho país debe realizarse exclusivamente por vía aérea y no a través de la frontera terrestre con México”
“Estas acciones por sí solas no van a arreglar todo nuestro sistema de inmigración”, aceptó Biden en su mensaje desde la Casa Blanca, pero podrían “ayudar mucho”.
Dijo que había enviado al Congreso un plan integral de inmigración, pero que los republicanos no lo considerarán ni aprobarán dinero adicional para nuevos jueces u oficiales de asilo.
Se espera que la inmigración sea un tema central de discusión cuando Biden viaje a Ciudad de México para una Cumbre de Líderes de América del Norte, el próximo 10 de enero, con el presidente Andrés Manuel López Obrador y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
Un alto funcionario de Washington dijo que la nueva política de Biden aumentaría las vías legales a Estados Unidos para “seguir generando consecuencias para quienes intentan ingresar ilegalmente a los Estados Unidos”.
“Las vías legales que estamos anunciando hoy son generosas, pero al mismo tiempo hay graves consecuencias por eludirlas”, dijo el funcionario a los periodistas.
Los migrantes que no pueden ser expulsados de regreso a México serán cada vez más sujetos a un rápido proceso de deportación conocido como “remoción acelerada”, dijo un alto funcionario.
Biden usó su discurso para presionar a los republicanos para que dejen de bloquear sus propuestas de reforma migratoria y medidas fronterizas y para que el Congreso proporcione los recursos necesarios.
Biden en El Paso
El presidente demócrata confirmó que visitará El Paso, Texas, el domingo, su primer viaje a la frontera suroeste con México desde que asumió el cargo.
Un alto funcionario de la administración dijo que Biden, mientras esté en El Paso, abordará las operaciones de control fronterizo y se reunirá con los funcionarios locales.
El Paso, un bastión demócrata con un historial de recibir inmigrantes, ha tenido problemas en los últimos meses para lidiar con decenas de miles de migrantes que cruzan la frontera desde México.
Los grupos de derechos de los migrantes y algunos demócratas han criticado a Biden por las continuas expulsiones, que contradicen su promesa de campaña de 2020 de un sistema de inmigración más humano y bloquean el ejercicio del derecho de los migrantes a solicitar asilo, exponiéndolos a graves riesgos en México, como secuestro y agresión.
El cambio de política sigue a un fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos a fines de diciembre de que las restricciones de la era de la pandemia deben permanecer vigentes durante lo que podrían ser meses mientras se desarrolla una batalla legal.
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