El presidente estadunidense Joe Biden calificó como “terrorismo doméstico” el tiroteo en un supermercado en Buffalo, Nueva York, el 14 de mayo.
Tras calificar como “racista” a la reciente masacre, el mandatario reconoció que hay poco que hacer para tratar de implementar un control de armas más estricto con acciones ejecutivas pues, dijo, tenía que “convencer al Congreso” admitiendo que eso parecía “muy difícil”.
Payton Gendron, señalado como la persona que disparó, viajó 350 millas el para perpetrar un tiroteo en un supermercado de una comunidad mayoritariamente de afroamericanos y asesinó a 10 e hirió a otros tres.
En sus redes sociales, el joven de 18 años e habría dicho influenciado por la teoría de la conspiración “del reemplazo”, la cual sugiere un complot orquestado por judíos que buscan llenar las ciudades de Estados Unidos con inmigrantes en detrimento de las comunidades blancas.
“Parte de lo que tiene que hacer el país es mirarse al espejo y enfrentarse a la realidad”, dijo Joe Biden, quien recordó que este tipo de ideologías no era algo nuevo pues “tenemos un real problema con el terrorismo interno que han denunciado la comunidad de inteligencia y los militares durante mucho tiempo”.
Describió que el país está repleto de gente como el sospechoso “que simplemente están trastornados, que son susceptibles, que simplemente están perdidos y no saben qué hacer”. Al acusar que esta clase de ciudadanos creen en las teorías con facilidad, se quejó de que “no sé por qué no admitimos qué diablos está pasando”.
Se esperaba que Joe Biden hiciera anuncios más severos aunque esta mañana se limitó a expresar palabras de apoyo a la comunidad y a refrendar su compromiso de sacar de las calles las armas de asalto como la usada en la masacre del sábado.
El presidente dirigió su mensaje a las familias y líderes comunitarios y a la nación entera para que rechazaran el racismo. “Hay que enfrentar al odio; abrácense el uno al otro con fuerza”, culminó antes de abordar el Air Force One que lo llevó de vuelta a Washington.
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