¿Cómo fue la negociación para detener la rebelión del Grupo Wagner?

El presidente bielorruso Alexander Lukashenko narró la cronología de eventos de la rebelión de Wagner desde su perspectiva como mediador.

Aleksandre Lukashenko, presidente de Bielorrusia. (AFP)
y Agencia AFP
Minsk, Bielorrusia /

En medio de insultos, demandas y concesiones se desarrollaron las negociaciones entre el jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, y el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, para poner fin a la sublevación del grupo paramilitar ruso contra la élite castrense.

En un discurso ofrecido a militares bielorrusos, el mandatario bielorruso describió la cronología de los tensos momentos.

08.00 hora local: "Comienzan a llegar informaciones alarmantes sobre la situación en Rusia", según Lukashenko.

El mandatario contó que a primera hora fue informado por el Servicio Federal de Seguridad y el Comité de Seguridad del Estado de que el presidente ruso, Vladimir Putin, quería hablar con él.

10.10: Putin informó "exhaustivamente sobre la situación que tenía lugar en Rusia", indicó Lukashenko.

Entonces Alexander pidió a su homólogo ruso que "no se apresurase", ya que Putin estaba dispuesto a "machacar" a los sublevados. Lukashenko le convenció de entablar negociaciones con Prigozhin.

El jefe del Kremlin aseguró además que el Jefe de Wagner no cogía el teléfono y no quería hablar con nadie.

11.00: El presidente bielorruso preguntó a Putin cómo comunicarse con Prigozhin y se establecieron sobre el mediodía tres canales de comunicación con el jefe de Wagner: "Respondió inmediatamente".

Prigozhin expresó muy exaltado sus demandas: "la primera ronda de conversaciones duró 30 minutos entre palabrotas exclusivamente. Había diez veces más groserías que léxico normal", aseguró Lukashenko.

El jefe de Wagner exigió entonces la entrega del ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y del jefe del Estado mayor, Valeri Guerásimov, a quienes acusó de haber traicionado a Rusia y de ser responsables de la muerte de miles de soldados en Ucrania.

Además pidió una cita con Putin.

Lukashenko le respondió que "nadie entregará ni a Shoigú ni a Guerásimov en estas condiciones". "Conoces a Putin tan bien como yo, no se va a reunir contigo ni te va a responder por teléfono en estas circunstancias", recordó.

Tras dos rondas de conversaciones, Lukashenko comprendió que Prigozhin estaba listo para renunciar a sus demandas y le alertó que si moría al menos un civil concluirían las negociaciones de inmediato.

Además, le avisó que si el avance de los wagneritas en dirección a Moscú no se detenía, Minsk enviaría una brigada para defender la capital rusa "como en 1941", en referencia a la Segunda Guerra Mundial.

En tanto, las fuerzas regulares rusas prepararon varias líneas de defensa con más de 10 mil efectivos con el fin de defender Moscú.

Lukashenko advirtió al jefe de Wagner que la sublevación podía provocar un derramamiento de sangre y que Rusia contaba con suficientes fuerzas para "aplastarlo como a una chinche" pese a que el Ejército ruso "está ocupado en el frente" ucraniano.

16.00: Prigozhin trasladó a Lukashenko una vez que estuvo dispuesto a aceptar las condiciones y le pidió consejo sobre cómo evitar un ataque de las fuerzas regulares rusas contra la columna de mercenarios, ubicada ya a 200 kilómetros de Moscú.

El presidente bielorruso estableció contactos con el director del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, antiguo KGB), Alexandr Bórtnikov, para coordinar la retirada de los wagneritas.

Ofreció además "garantías de seguridad total" al jefe de Wagner que incluyeron el traslado a Bielorrusia para él y sus combatientes.

Aproximadamente a las 20:00 horas concluyeron las conversaciones. Prigozhin coordinó con Bórtnikov la retirada de sus hombres. La columna del grupo Wagner se dio media vuelta y comenzó a marchar de regreso a sus bases desde Moscú y la ciudad de Rostov del Don, en el sur de Rusia, la cual los wagneritas habían tomado bajo su control.

Lukashenko 'salvó la vida' de Prigozhin

El presidente bielorruso aseguró que intercedió ante Vladimir Putin por la vida del jefe de Wagner.

"Le dije a Putin: se le puede matar, no es un problema. Ya sea en el primer intento o en el segundo. Pero le aconsejé que no lo haga", declaró Lukashenko.

Putin agradeció repetidamente a Alexander Lukashenko su mediación en esta rebelión, el peor golpe contra su autoridad en más de 20 años de poder en Rusia.


SNGZ

  • Agencia EFE
  • Agencia de noticias con 84 años de trayectoria

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