Sin hablar, ni abrazar a su hijo, mexicana pasa cuarentena por Covid-19 en Madrid

Durante 15 días Citlali no ha podido convivir con su familia y debe hablarles a través de WhatsAppa pesar de que viven juntos; en un principio, los médicos le dijeron que tenía gastroenteritis.

La familia de Citlali no sabe que tiene coronavirus. (EFE)
Carolina Rivera
Ciudad de México /

Durante los últimos 15 días Citlali no ha podido abrazar ni besar a su pequeño de cuatro años, de quien debe permanecer aislada a pesar de que viven junto con su marido en un departamento de 90 metros cuadrados en Madrid.

En un principio, la mexicana fue diagnosticada con gastroenteritis, luego de tres días de fiebre y con la confirmación de que un compañero de su trabajo ya había sido diagnosticado con Covid-19, solicitó que se le aplicará una prueba que confirmó su padecimiento.

Desde entonces, Citlali tuvo que dejar de convivir con ellos y desinfectar cualquier espacio que ocupe en su casa.

Lo más difícil de todo, asegura, no es la dificultad para respirar o el malestar constante que debe enfrentar, sino la imposibilidad de poder abrazar a su hijo, que aún no termina de entender cómo es que algo que no puede ver, ni tocar, lo mantiene más alejado que nunca de su madre.

“Aunque le explicamos que mamá no puede tocarlo porque tenía bichitos malos, él como niño quiere abrazos y besos de sus padres, incluso tuvo un retroceso de volver a ganarle del baño y crearse amigos imaginarios que están muy presentes”, dijo.

En México su familia desconoce que es uno de los miles de casos confirmados de Covid-19, sobre todo para evitarles la angustia y la impotencia de estar tan lejos de ella y que no los puedan apoyar en estos momentos.

También ha tenido que dejar de hablar, o al menos hacerlo lo menos posible para evitar que su saliva pueda llegar a su hijo y esposo y con ello se puedan contagiar; por lo que se comunican vía Whastapp.

Además de tiene que dormir y comer separada de su familia; aunque ya se encuentra un poco mejor y puede convivir con ellos un poco, siempre con la sana distancia, evitando el contacto y desinfectando todo, todo el tiempo.

“Ya convivo con ellos, aunque debería seguir aislada, comemos separados, dormimos separados e intentamos no estar los tres en un mismo sitio, normalmente si estoy viendo la TV en el salón, el niño está en un sofá y yo en otro, mientras mi marido se va a la habitación”, señala.

Citlali será dada de alta hasta el 31 de marzo; no obstante, este fin de semana será crucial para saber si su esposo e hijo presentan algún síntoma, su esperanza es que sus esfuerzos durante los últimos día sean recompensados y no se contagien.

Mientras eso sucede, lamenta mucho que en México la gente no crea o no dimensione el impacto que este nuevo coronavirus puede tener en su vida cotidiana “me dan ganas de gritarles si existe, yo lo tengo y lo pase mal”.

A pesar de que ya se siente mucho mejor y nunca llegó al hospital, un médico le llama constantemente para conocer el estado de salud en que se encuentra y mantiene la dificultad para respirar por lo que debe moverse poco, además de que perdió el sentido del olfato.

“Me fatigo cuando hago algo de movimiento, un día me desperté muy bien y me puse a limpiar y desinfectar mi casa, me asusté un montón porque me costó recuperarme, o incluso si hablo mucho tiempo”, explicó.

Lo cierto es que a pesar de las dificultades de hacer frente al Covid-19, la ayuda de su marido, amigos y compañeros de trabajo ha sido fundamental; además de que mantiene una excelente actitud porque considera que de esa manera está mucho mejor y pasa más rápido el tiempo.

kvd

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