Se pasaron una semana de fiesta: sexo, drogas, bailes en la playa... Pura diversión en el archipiélago caribeño de Los Roques con prostitutas traídas de Madrid y Londres, algunos sacándose fotos con artistas de reguetón.
Estos hijos de miembros de la élite venezolana no sabían que el coronavirus se esparcía entre ellos en medio del jolgorio.
No está claro cuánta gente se enfermó el mes pasado en el archipiélago, pero una estridente fiesta que generó muchas infecciones ha causado alarma a los niveles más altos del gobierno y recibido críticas de los venezolanos encerrados en sus casas desde hace semanas.
“Hubo una estridente fiesta en una isla y prácticamente todos los asistentes han dado positivo por coronavirus”, declaró el presidente Nicolás Maduro el 20 de marzo; tres días después, el chavista le restó importancia. “¿Por qué van a criticar esos eventos?... No sabían que estaban enfermos”.
La gran fiesta que inició el 11 de marzo en Los Roques fue organizada por varios empresarios conectados con el gobierno, según testigos que hablaron bajo el anonimato.
Ninguna de las dos personas que hablaron con la agencia AP estuvo en esos festejos, pero sí participaron en otras con el mismo grupo de gente y están en contacto con varios que sí asistieron.
Uno de los participantes fue Jesús Amoroso, hijo del principal funcionario anticorrupción de Maduro.
Entre los asiduos asistentes a estos eventos están los hijos del chavista, de acuerdo con las fuentes, aunque ninguno participó en la más reciente.
Los organizadores llevaron prostitutas de Europa poco antes de que se suspendiesen los vuelos a España, una de las naciones más golpeadas por la pandemia.
Generalmente, las fiestas incluyen drogas psicodélicas 2C-B, conocidas como la “cocaína rosada”, por el color del costoso polvo, de acuerdo con las fuentes.
El 12 de marzo, un día después de haber iniciado los festejos, un grupo más grande partió en varias lanchas a un popular sitio que los lugareños del archipiélago llaman “Cayo Corrupto”. No sabían que se estaba esparciendo el virus.
La estridente fiesta terminó con una resaca: todos se hicieron exámenes y algunos participantes, avergonzados, cerraron sus cuentas en las redes sociales.
ledz