El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, llamó a los cubanos a diferenciar el derecho a “expresar sus insatisfacciones legítimas” por la crisis económica que vive el país, de los “actos vandálicos” que se registraron el domingo en una treintena de lugares de la isla.
“Es legítimo que tengamos insatisfacciones, pero también tenemos que ser capaces de diferenciar cómo nos quieren separar, porque quienes promueven la violencia no les interesa ni la salud ni la alimentación del pueblo, lo que quieren es cambiar el sistema de gobierno”, dijo el mandatario.
En su segunda comparecencia por la televisión nacional en menos 24 horas, Díaz-Canel volvió a situar en “el cínico bloqueo de Estados Unidos” la causa principal del desabastecimiento de alimentos y medicinas que vive el país, así como de los cortes de electricidad de cuatro a seis horas diarias que se vienen registrando desde hace varias semanas.
El mandatario dijo que la inestabilidad social registrada el domingo en casi todo el territorio nacional forma parte del “manual de guerra no convencional que Estados Unidos ya ha aplicado rigurosamente en otros países del Medio Oriente, Europa y América Latina con vista a lograr un cambio de régimen”.
No obstante, afirmó que, a partir de las manifestaciones protagonizadas por sus partidarios en todos los lugares de conflicto, los opositores “han tenido la respuesta que merecían”.
El mandatario cubano consideró que las acciones antigubernamentales en Cuba coincidieran con un momento en que algunos políticos de Estados Unidos hablan de la eventualidad de mejorar las relaciones con La Habana.
“¿A quién le conviene entonces esta situación en Cuba?”, se preguntó el gobernante y acto seguido se respondió: “A los sectores conservadores, para presionar a esta administración de Estados Unidos a que no realice ningún cambio” señaló.
Díaz-Canel mencionó que esos grupos de poder “han sido los más activos en todas las campañas de descredito mediático contra el gobierno y las brigadas médicas que Cuba ha enviado a varios países del por el mundo”.
El congresista Mario Díaz-Balart, uno de los portavoces de los sectores anticastristas tradicionales en el legislativo estadunidense, declaró el domingo que “la crisis humanitaria que enfrenta Cuba es un síntoma más de la capacidad y la crueldad absolutas de la tiranía de Cuba”.
Cuba vivió este domingo las mayores manifestaciones antigubernamentales desde el llamado “maleconazo” de 1994, cuando en medio de la crisis económica de aquel año cientos de personas con intenciones migratorias se lanzaron a la céntrica avenida Galiano de la capital cubana.
Esta vez, Galiano volvió a ser uno de los escenarios de enfrentamientos, pero con una cobertura mediática impensable hace 27 años, cuando Internet era prácticamente desconocida en la isla.
A pesar de que la estatal empresa de telecomunicaciones cortó conexiones, los cubanos conocieron por las redes sociales el estallido espontáneo en San Antonio de los Baños, situada a unos 30 kilómetros de La Habana y punto de partida de los acontecimientos del domingo, que en paralelo se extendieron por todo el país.
A partir de ese momento, corrieron las filmaciones de asaltos a tiendas estatales que venden en dólares, de enfrentamientos entre policías y protestantes, destrozos de autos privados y pronunciamientos de todo tipo, de uno y otro bando.
“Tarde en la noche en Cuba y el pueblo sigue en las calles, no tienen internet para transmitir y los están reprimiendo. Sigan apoyando”, escribió en su cuenta en Facebook Roberto Castillo.
“Los «patriotas» digitales que llevan días incitando alzamientos e invocando «intervenciones humanitarias» en Cuba, celebran ahora mismo en sus «exilios» las imágenes que les llegan desde la isla. Mañana, mientras ellos solo tendrán la resaca de la fiesta, muchísimos más cubanos entrarán en las estadísticas de los infectados o muertos por el Covid”, apuntó Roberto Casillo debido a las manifestaciones callejeras.
AS