El presidente ruso, Vladimir Putin, se acercó al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, en la cumbre del G-20 en Buenos Aires, le dio un efusivo saludo al estilo "choca esos cinco" y luego le estrechó la mano con entusiasmo.
Momentos antes, el príncipe había sido fotografiado en el extremo más alejado de la tradicional "foto de familia", ignorado por otros líderes.
Estas dos imágenes reflejaron el dilema que enfrentaron los líderes mundiales en la cumbre del G-20 del viernes y sábado: cómo lidiar con el príncipe heredero, quien por una parte se ve acosado por la controversia sobre el asesinato de un periodista saudita y por otro es líder de facto de un rico reino productor de petróleo, un importante inversor global.
El animado saludo de Putin al príncipe rápidamente se volvió viral. Pero, mientras los líderes parecían ignorar al príncipe Mohammed durante el retrato grupal, muchos continuaron teniendo reuniones bilaterales a puertas cerradas con él durante la cumbre de dos días.
El príncipe heredero, que enfrenta la protesta mundial por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudita en Estambul hace dos meses, tuvo conversaciones con al menos 12 líderes mundiales.
Arabia Saudita ha dicho que el príncipe no tenía conocimiento previo del crimen. El presidente turco, Tayyip Erdogan, dijo que el asesinato fue ordenado al más alto nivel de liderazgo de Arabia Saudita, pero probablemente no por el Rey Salman, poniendo el foco en el príncipe heredero de 33 años.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha defendido los lazos de su país con Arabia Saudita, "intercambió bromas" con el príncipe heredero, dijo la Casa Blanca. Trump ha dicho que nunca se sabrá si el Príncipe Mohammed ordenó el crimen o no.
La CIA cree que el príncipe ordenó el asesinato.
JOS