Simpatizantes en favor de los dos candidatos presidenciales, Donald Trump y Joe Biden, se apresuraron a encontrar a todos los habitantes de Georgia que presentaron boletas con errores antes de que el tiempo se agotara el viernes para arreglar el papeleo, en una contienda que podría definirse por el más estrecho de los márgenes.
Horas antes del plazo de las 5 de la tarde, Christin Clatterbuck y Sarah Meng, junto con otros 20 voluntarios, planeaban visitar direcciones en el condado de Gwinnett, en los suburbios de Atlanta, en busca de votantes cuyas boletas fueron rechazadas inicialmente pero que podían solucionarse con una firma o una identificación.
Cam Ashling, activista demócrata que organizó esta pequeña campaña, dio instrucciones y una plática motivacional. “Nunca como ahora ha quedado más claro que todos los votos cuentan”, gritó desde la parte trasera de una camioneta repleta de bocadillos, agua y una enorme botella de desinfectante de manos.
Clatterbuck y Meng condujeron por los vecindarios suburbanos en su camioneta. Caminaron frente a rosales para tocar la puerta de una residencia en Lilburn, donde buscaban a una votante de 19 años. Su padre abrió la puerta y prometió llamarle a la universidad.
Otras boletas rechazadas fueron emitidas por personas que no aparecían en el padrón y que tendrán que explicar por qué. Deben corregir o “curar” sus papeletas antes de que venza el plazo para que esos votos sean contabilizados.
Nadie sabía cuántas boletas defectuosas requerían solución. Cada uno de los 159 condados del estado lleva su propio conteo. En otra residencia, Clatterbuck y Meng no encontraron a una votante, pero uno de sus amigos la puso al teléfono. No había firmado su boleta.
“Como bien saben, es muy, muy, muy importante. Hoy, y ningún segundo después de las 17:00 en punto”, dijo Meng al darle los detalles exactos de lo que tenía que hacer. Alex Upreti prometió ayudar a su amiga a arreglar su voto. Meng y Clatterbuck le aplaudieron.
Clatterbuck y Meng no pudieron visitar todos los domicilios en la lista. Decidieron no tocar a la puerta de una casa en la que al frente estaba estacionada una camioneta que llevaba una calcomanía de “Blue Lives Matter” en apoyo a los cuerpos policiales tras las protestas de Black Lives Matter en contra de la brutalidad policial y la injusticia racial.
La calcomanía dejaba entrever que la casa estaba ocupada por un simpatizante del presidente Donald Trump, un republicano. En total, visitaron 10 casas. La mitad de los votantes señalaron que ya habían corregido los problemas y nadie abrió la puerta de tres residencias.
dmr