Oakland y Berkeley son las ciudades en las que creció Kamala Harris, la vicepresidenta electa de Estados Unidos y primera mujer en ocupar ese cargo en el país. Hoy, ambos sitios despertaron de una "larga pesadilla nacional" para ver cómo el resto de los estadunidenses celebran a la demócrata.
"Cuando (Richard) Nixon dimitió en el 74, su sustituto, Gerald Ford, dijo en su primer discurso: 'Compatriotas estadunidenses: nuestra larga pesadilla nacional se ha acabado'. Hoy sentimos lo mismo. La pesadilla nacional de los últimos cuatro años por fin se ha acabado".
Es la reflexión de Dan Wohlfeiler, quien respira aliviado tras días de mantenerse pendiente de las elecciones y agotado después de haber realizado más de 500 llamadas para la campaña de Joe Biden y Kamala Harris al estado clave de Wisconsin. Es un día soleado en Berkeley, ciudad en la que la virtual vicepresidenta fue a la escuela.
Unas calles más al sur, en la vecina Oakland, donde Kamala Harris nació, la celebración es mucho más movida: la gente se abraza, los músicos tocan en los parques, los autos hacen sonar sus bocinas y el histórico cine Grand Lake anuncia en su letrero: "Esto es América. Cada voto debe ser contado".
Las ciudades que vieron nacer y crecer a Kamala Harris
Oakland y Berkeley son la cuna de quien será la primera mujer vicepresidenta en los casi 250 años de historia de Estados Unidos. Una la vio nacer y la otra la vio crecer. Pero Oakland y Berkeley también son las dos ciudades más progresistas.
"Que nos represente en la Casa Blanca una mujer negra, con orígenes en la India, progresista, nacida aquí, con los valores de igualdad y salud que tenemos aquí, y con una ética básica es algo que en los últimos cuatro años era imposible de imaginar", dice Dan Wohlfeiler.
Kamala Harris, profeta en su tierra
La que fuera fiscal general de California de 2011 a 2017 es profeta en su propia tierra, y aunque Joe Biden será el presidente de Estados Unidos, en Oakland y Berkeley las gorras, camisetas y carteles repiten un mismo nombre: Kamala.
Kamala Harris no lo tendrá fácil para ganarse al resto del país, puesto que trae consigo el bagaje de los tradicionalmente llamados "demócratas de San Francisco", una facción vista en gran parte de Estados Unidos como extremista y que despierta temores no solo entre los republicanos, sino también entre parte de los demócratas moderados.
En las celebraciones espontáneas en torno al lago Merritt de Oakland, una cuarentena de personas bailaba al ritmo de hip-hop. Una chica, en pijama y sujetando la correa de su perro y, a su lado, un chico con traje y pajarita.
Orgullosas de ser ciudades "raras", Oakland y Berkeley empiezan hoy a reconstruir puentes emocionales con el resto del país, sabiendo que ahora tendrán a una de los suyos de vicepresidenta.
icc