Ante la desconfianza de Donald Trump en el proceso electoral y sus resultados, la historiadora Erika Pani ve un panorama con nubes oscuras. La investigadora del Colegio de México y autora del libro Historia Mínima de Estados Unidos, esperaría que el mal manejo de la pandemia en Estados Unidos se tradujera en votos para Joe Biden; sin embargo, señala que la base trumpista es inamovible ante los estragos del covid-19.
En entrevista para MILENIO, la académica abordó la importancia del papel de la población hispanoamericana, que por primera vez es la minoría racial y étnica más numerosa dentro del electorado en Estados Unidos con más de 32 millones de personas. Pani desentraña los orígenes de un país de gran historia migratoria pero también altamente racista.
Se hablado bastante de que estas elecciones serán muy cerradas, ¿qué pasaría si Trump no reconociera su derrota?
“Eso es lo que me tiene despierta en las noches… porque tenemos un país (México) en donde los mecanismos, tanto para llevar a la elecciones, como para llevar la controversias, es claro. Yo creo que Estados Unidos no tiene los mecanismos para lidiar con una serie o numerosos casos de inconformidad y de reclamos (…) o sea, la cosa se puede poner muy complicada y yo diría no es tanto el problema de la complicación, es que no están establecidos los mecanismos y las instituciones para resolverlas y tienes un presidente que cuatro veces al día tuitea que la elección es fraudulenta y que está amañada, entonces vas a tener sí o sí una bola de gente que va a decir es que esto no es cierto, nos hicieron trampa…”.
“Estaba leyendo un artículo que decía ‘no se preocupen, no va a reconocer el resultado (Trump) pero como es un cobarde, va a empacar y se va a ir’. Yo creo que eso va a depender de qué tan lejos cree que puede estirar la liga y si sí hay esta especie de manifestaciones por todo el país en contra de los resultados ante un triunfo demócrata (…) Y yo creo que este grado de conflicto en torno a una elección presidencial el antecedente no es tanto 2000, si no 1876 en el que la cosa resolvió días antes de la elección sacrificando la política de reconstrucción en el sur que pretendía asegurar los derechos de los esclavos liberados y por una decisión del presidente Grant de decir ‘la fuerza del ejército estadounidense está detrás de este candidato que ya dijo el congreso que había ganado que es el republicano (Harrison)’ y ahí también fue una controversia en torno a los votos en Florida. Entonces a mí eso sí se me hace muy preocupante (…) las nubes se ven oscuras".
¿Cómo entender la razón de ser de la migración en Estados Unidos?
"Estados Unidos es un país de migración en donde siempre ha habido un discurso anti-inmigrante, que en momentos de crisis económica y política se vuelve un discurso políticamente muy eficaz; es un discurso que seduce a la mayoría, que le gusta buscar y encontrar un culpable de las cosas malas que están pasando y el migrantes es uno de ellos. El problema con lo que ha sucedido desde los años ochenta, desde esta ley que le dio una amnistía a los migrantes ilegales y les dio una vía para la ciudadanía, es que se ha politizado tanto el asunto de la migración, que ha hecho imposible una legislación realista … y lo que se crea es un problema de enorme vulnerabilidad para los migrantes” .
“Esta cosa que repiten constantemente los abogados de la reforma migratoria que el sistema está roto, pues sí, el sistema está roto y lo que pasa es que la politización del discurso sobre migración hace mucho más difícil que este sistema se vuelva a armar. Yo diría que lo que hace falta es que se den bases más realistas; las leyes no han impedido la migración, lo que han hecho es hacerle la vida mucho más difícil a los migrantes”.
¿Cuál será el papel de la población hispanoamericana en las elecciones presidenciales?
“La población hispana en Estados Unidos sí es mayoritaria pero no es bloque; por ejemplo, ahorita hay toda una discusión sobre cómo se deben de nombrar y cómo la población hispana recurrentemente rechaza estas etiquetas que le quieren poner como hispana, latinoamericana, latimex… yo creo que esta dificultad de etiquetas nos habla de la diversidad y de las posturas muy distintas. Tienes dentro de la población hispana gente que votó por Trump, tienes muchos ciudadanos hispanos que no votan, no queda muy claro por qué. Hipotéticamente uno pensaría que una participación más activa, sobre todo de los hijos de inmigrantes indocumentados y de ciudadanos que se han naturalizado recientemente, permitiría darle la vuelta a este a esta situación de impasse legislativo pero no queda claro que la población hispana se esté movilizando en la misma dirección y de manera pareja”.
En 2016 el triunfo de Trump nos habló de un momento social e histórico muy particular, ¿cómo entenderlo?
“El resultado 2016 sorprendió a muchos, a mí incluida. La idea que creíamos que los estadounidenses tenían de sí mismos, quedó patente que había un sector dentro de la nación que se sentía marginado, que se sentía que no era partícipe de esta sociedad más próspera, más moderna. Había una serie de fenómenos que indicaban que la cosa no iba bien, la inestabilidad en el empleo, obviamente la crisis del 2008, aunque parecía que ya iban saliendo de ella, y rasgos todavía más preocupante porque gente que había perdido su trabajo en los últimos 20-30 años, por la transformación de la economía a una cada vez más tecnificada, estaba profundamente resentida con razón, la crisis en la adicción a los opiáceos, etcétera. Entonces estos rasgos preocupantes en 2016 parece que tuvieron una consecuencia política tremenda en tanto que salió electo como presidente, sin tener la mayoría dentro del voto popular, este personaje tan extraño que es Donald Trump”
¿Cuál de los dos candidatos es mejor para la relación Estados Unidos-México?
“Hablando completamente desde mi opinión, yo creo que para el mundo la reelección de Trump es nefasta. Es un hombre que no tiene sentido la historia, que no tiene sentido del papel que desempeña Estados Unidos en el mundo, que no entiende lo que es una balanza comercial, no entiende cómo funciona el comercio internacional. Para México no es bueno tener a una gente dispuesta a usar la relación bilateral con el vecino para su política doméstica, xenófoba, antimigrante, etcétera, y este asunto de lo que yo voy a hacer es ganar en las negociaciones”.
“Sobre todo después de la negociación del TLC con Bush (padre) tenemos la idea de que nos convienen más los republicanos, porque los demócratas tienen un electorado sindicalizado, a pesar de que la fuerza de los sindicatos se ha reducido de manera muy notable últimos 30 años, pero hay una voz de los sindicatos que no les gusta que se estén estableciendo maquilas o trabajos que salen de Estados Unidos. En este sentido se considera que los demócratas son más latosos, pero por cómo es Trump, nos conviene quien sea que no sea Trump”.
Y hablando de la pandemia de covid-19, ¿cómo se va a reflejar su trascendencia histórica en un hecho clave como las elecciones?
“Espero que para la mayoría de los votantes el manejo de la pandemia haya sido nefasto. No puede ser que Estados Unidos, que tiene toda la capacidad económica, la capacidad en cuanto a conocimiento de políticas de salud pública, tenga una las tasas de mortalidad más altas del mundo, que no hayan podido domar nada. Entonces yo creo que todo sugiere que para la mayoría de los votantes el manejo de la pandemia ha sido malo y que eso es lo que los va a llevar a votar por Biden, sobre todo en estos que son los votantes indecisos y son los que determinan la elección. Sin embargo, para los trumpistas la pandemia es casi irrelevante, o es un hecho, que en el peor de los caos, es, o un ataque de China, o una excusa que han usado la opinión pública, los periodistas, los demócratas para fastidiar a Trump y él lo ha hecho muy bien. Entonces tenemos un sector del electorado que es inamovible ante la pandemia, porque hay electores que sienten que usar la mascarilla está en contra de sus libertades, que creen que los demócratas para fastidiar a Trump están fastidiando la economía (…) es interesante que el efecto de la pandemia tiene este doble filo.”
Se hablado bastante de que estas elecciones serán muy cerradas, ¿qué pasaría si Trump no reconociera su derrota?
“Eso es lo que me tiene despierta en las noches… porque tenemos un país (México) en donde los mecanismos, tanto para llevar a la elecciones, como para llevar la controversias, es claro. Yo creo que Estados Unidos no tiene los mecanismos para lidiar con una serie o numerosos casos de inconformidad y de reclamos (…) o sea, la cosa se puede poner muy complicada y yo diría no es tanto el problema de la complicación, es que no están establecidos los mecanismos y las instituciones para resolverlas y tienes un presidente que cuatro veces al día tuitea que la elección es fraudulenta y que está amañada, entonces vas a tener sí o sí una bola de gente que va a decir es que esto no es cierto, nos hicieron trampa…”.
“Estaba leyendo un artículo que decía ‘no se preocupen, no va a reconocer el resultado (Trump) pero como es un cobarde, va a empacar y se va a ir’. Yo creo que eso va a depender de qué tan lejos cree que puede estirar la liga y si sí hay esta especie de manifestaciones por todo el país en contra de los resultados ante un triunfo demócrata (…) Y yo creo que este grado de conflicto en torno a una elección presidencial el antecedente no es tanto 2000, si no 1876 en el que la cosa resolvió días antes de la elección sacrificando la política de reconstrucción en el sur que pretendía asegurar los derechos de los esclavos liberados y por una decisión del presidente Grant de decir ‘la fuerza del ejército estadounidense está detrás de este candidato que ya dijo el congreso que había ganado que es el republicano (Harrison)’ y ahí también fue una controversia entorno a los votos en Florida. Entonces a mí eso sí se me hace muy preocupante (…) las nubes se ven oscuras”.
ledz