En el marco del ingreso de Suecia a la OTAN, el presidente ruso Vladimir Putin lanzó una amenaza directa a países europeos que pretenden enviar soldados a Ucrania, pero no es la primera vez que hace un amago de carácter nuclear a Occidente según el New York Times.
En octubre de 2022, ocho meses después de que Rusia desplegó su "operación militar especial" en territorio ucraniano, el gobierno de Joe Biden recibió información del uso de arsenal nuclear en el frente de batalla.
El presidente de Estados Unidos tuvo acceso a comunicaciones interceptadas por el servicio de inteligencia, en las que presuntamente se organizaba el uso de armas de destrucción masiva, reveló el periodista del New York Times David E. Sanger.
La tensión diplomática que se desencadenó a partir de entonces sería más intensa que la crisis de los misiles soviéticos en Cuba durante la guerra fría, pues se trataba de un plan operativo y no de un discurso demagógico.
Vladimir Putin "es un tipo que conozco bastante bien. No bromea cuando habla del uso potencial de armas nucleares tácticas o armas biológicas o químicas porque se podría decir que su Ejército tiene un desempeño significativamente inferior", dijo Biden citado por el rotativo neoyorquino.
Los planes nucleares de Rusia habrían respondido al riesgo de que las tropas ucranianas llegaran a la península de Crimea (anexada por el Kremlin a su territorio en 2014), de acuerdo con inteligencia de la CIA.
Pese a que la amenaza no iba dirigida contra Estados Unidos, el Pentágono consideró inaceptable el uso de armamento nuclear por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
Por eso, el Estado Mayor abordó la "paradoja nuclear" con extremo cuidado, y se cuidó la percepción del pueblo estadunidense. Porque "entre más éxito tuviera en Ejército ucraniano contra el ruso, más probable sería el uso de armas de destrucción masiva", según comentó el general Mark A. Miller al periodista.
Sin embargo, el desempeño militar de Ucrania decayó considerablemente a partir de octubre del primer año de guerra (cuando ocurrió lo contado aquí), y actualmente la línea de batalla permanece estancada pese a los esfuerzos de ambos bandos.
Aún así, las altas esferas del gobierno de Joe Biden se coordinaron para advertir a funcionarios de China y Alemania que el conflicto no daba cabida a ataques nucleares.
Incluso, los titulares del Departamento de Estado y el Departamento de Defensa (Antony Blinken y Lloyd Austin respectivamente) sostuvieron conversaciones con sus homólogos rusos para negociar directamente, previo a una conversación entre emisarios de ambas naciones.
Estados Unidos envió a William Burns, en ese momento director de la CIA y ex embajador en Rusia, a encararse con Sergei Naryshkin, líder de la inteligencia de Moscú.
La discusión entre ambos no llegó a la firma de un tratado de paz para Ucrania, pero sirvió para dejar claras las "consecuencias" que enfrentaría Rusia en caso de un ataque nuclear, el cual fue negado por Naryshkin.
Pese a lo anterior, el Kremlin canceló un tratado con Estados Unidos que impedía acciones nucleares en 2023, y reanudó sus ejercicios militares con este tipo de arsenal.
SNGZ