"Bajar por la escalera fue la mejor decisión de mi vida": Joe Dittmar, sobreviviente del 11-S

Han pasado 20 años y Joseph 'Joe' Dittmar recuerda con memoria fotográfica cómo descendió 105 pisos el día del ataque a las Torres Gemelas. Dittmar ha contado su historia cientos de veces como una manera de sobrellevar el trauma.

Joseph Dittmar recuerda cómo escapó del piso 105 del World Trade Center hace 20 años | Foto: AFP. Diseño: Margarita Salmorán
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Ciudad de México /

Joseph Dittmar ha contado cientos de veces cómo escapó del piso 105 el 11 de septiembre de 2001Ese día, el padre de cuatro hijos se encontraba en una reunión de corredores de seguros en la torre sur del World Trade Center y asegura que debe su supervivencia a decisiones que tomó en segundos.

Lo recuerda con gran detalle: cuando el primer avión secuestrado por yihadistas se estrelló contra la torre norte, los 54 participantes de su reunión solo vieron la luz vacilar. En el piso 90, tras escuchar varios llamados a evacuar, vieron por una ventana el drama en la otra torre.

"Fueron los peores 30-40 segundos de mi vida. Vimos muebles, papeles, gente que se precipitó al vacío, cosas aterradoras, terribles. Tenía tanto miedo", cuenta.

El relato de 'Joe' Dittmar oscila entre lágrimas y risas. Para él, contar esta historia es su manera de sobrevivir. 

Joe Dittmar se tatuó '911' en la muñeca como un recuerdo de la fecha que lo acompaña hasta hoy "como una sombra". (AFP)

Dittmar, nativo de Filadelfia, se acercó a las escaleras y encontró a un colega, un "gigante" exjugador de futbol americano que quiso ir al baño. Ese hombre no sobreviviría

Luego, en el piso 78, una colega le dice que entre al ascensor exprés para bajar más rápido. Pero Dittmar sabía que en caso de incendio jamás se debe utilizar el ascensor y prefirió bajar por la escalera. "Esa fue la mejor decisión de mi vida", recuerda. 

En algún momento entre el piso 74 y 75 la caja de la escalera comenzó a oscilar violentamente mientras los pasamanos se desprendían de la pared. Los escalones ondulaban como olas de un océano, mientras las paredes se sentían cada vez más calientes. 

"Olemos combustible", dice. Otro avión acababa de estrellarse contra su torre, justo por encima de ellos, entre los pisos 77 y 82.

El hombre logró descender 105 pisos de la torre sur antes del colapso del edificio. Todavía conserva una piedra que guarda en su bolsillo. (AFP)

El corredor de seguros vio la solidaridad de un hombre que cargó a una mujer discapacitada en su espalda. Y entre lágrimas recuerda a "los verdaderos héroes", un grupo de bomberos y rescatistas subiendo a contracorriente para rescatar a las personas atrapadas en el piso 31. 

"Sus miradas delataban que ya no había esperanza. Sabían que no regresarían. ¿Cómo pudimos ser tan valientes, tan fuertes?", se pregunta.

Dittmar continuó bajando y en el piso 15 escuchó a un guardia de seguridad cantando por el megáfono 'God Bless America', mientras pedía evacuar el edificio con un toque de humor. 

"Cantaba horrible, pero intentaba mantener el ánimo de las personas, como el capitán del Titanic que hacía tocar a sus músicos mientras la gente embarcaba en los botes de emergencia", dice. 
Dittmar recuerda cómo los bomberos subían para salvar a personas atrapadas. En sus miradas no había esperanza y supo que nunca regresarían. (AFP)

Al llegar a la planta baja, Dittmar y un colega atravesaron el centro comercial subterráneo del WTC para salir a la superficie. De pronto escucharon un gran estruendo. Era el colapso de la torre sur. Y en seguida, el grito de decenas de miles de personas

El sobreviviente dice que sigue escuchando ese ruido y esos gritos, todos los días. Con la fecha "911" tatuada en su muñeca, un prendedor de las torres gemelas en el cuello de la chaqueta y una piedra que acaricia siempre en el bolsillo, esa fecha lo acompaña "como una sombra".

Dittmar sigue trabajando en seguros pero se mudó a Delaware. Asegura que aprendió a amar a los neoyorquinos, a quienes admira enormemente. "Son increíblemente resilientes, no tienen miedo de nada". Él ha contado su historia cientos de veces a jóvenes de escuelas de todo Estados Unidos como una manera de sobrellevar el trauma.

"Es mi terapia", dice. "Supe bastante pronto que para sobrevivir debía seguir contando".

Dittmar enfermó de covid-19 pero resistió a pesar de ser diabético. Con la ayuda de su esposa se propuso comer más sano y caminar 5 kilómetros cada día. Así logró perder 23 kilos. 

"La pandemia, un poco como el 11 de septiembre, me transformó. Me dije que puedo mejorar".

evr

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