El presidente Donald Trump fortaleció ayer su equipo legal con la incorporación dos abogados de alto perfil para que lo ayuden en el juicio político que librará en el Senado formalmente desde el marte: el ex fiscal Ken Starr, quien allanó el camino de un impeachment contra el ex presidente Bill Clinton en 1998, y el destacado jurista Alan Dershowitz.
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Dershowitz es muy conocido en los círculos legales de Estados Unidos; fue profesor de la Facultad de Derecho de Harvard y formó parte del llamado Dream Team de abogados que logró la absolución en 1995 del ex deportista de futbol americano y actor, O.J Simpson, en el juicio por la muerte de su esposa y una amiga.
Otras celebridades que han sido clientes de Dershowitz son el fallecido multimillonario Jeffrey Epstein, el director de cine Roman Polanski y el ex boxeador Mike Tyson.
Dershowitz dijo en Twitter que será el encargado de presentar argumentos orales en el juicio para abordar los argumentos constitucionales contra la destitución y la remoción de Trump de la presidencia.
“Participo para defender la integridad de la Constitución y para prevenir la creación de un precedente constitucional peligroso”, escribió Dershowitz, quien aseguró que no es “partidista” y que en 2016 votó por la candidata demócrata, Hillary Clinton, además de oponerse en 1999 al proceso de destitución del esposo de ésta.
Sin embargo, Dershowitz ha defendido frecuentemente a Trump a lo largo de su presidencia en entrevistas con cadenas de televisión conservadoras.
Por su parte Ken Starr es un héroe para todos los republicanos, pues investigó a Clinton durante más de cuatro años (1994-1998) y acabó indagando en el tema que provocó un juicio político a ese mandatario, su intento de ocultar su relación con Mónica Lewinsky.
El equipo también incluirá a Pam Bondi, ex fiscal estatal de Florida y aliada de Trump; Jane Raskin, quien fue parte del equipo legal del magnate durante la pesquisa sobre la injerencia rusa que hizo el fiscal especial Robert Mueller; y a Robert Ray, quien fue parte de la investigación sobre el escándalo inmobiliario, mejor conocido como Whitewater sobre los Clinton.
Precisamente éste último fue el encargado de relevar a Starr durante el proceso de impeachment que enfrentaba el demócrata; sin embargo, en 2002 el ex presidente fue absuelto ya que Ray no había encontrado pruebas sólidas de que Bill y Hillary Clinton hubieran cometido irregularidades relacionadas a dicha acusación.
Los papeles principales en la defensa de Trump estarán a cargo del abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, y el abogado personal de éste, Jay Sekulow.
Las adiciones le dan al presidente más especialistas experimentados tanto en derecho constitucional como en procesos de juicio político.
Trump fue acusado de abusar de su cargo al presionar a Ucrania con asistencia militar a cambio de investigar a su principal perseguidor demócrata para los comicios federales de noviembre, el ex vicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter, por sus negocios en ese país del este europeo.
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“Starr es un raro (...) apuesto que tiene algo dentro de su clóset”, declaró Trump a The New York Times en 1999.
El mismo año, el republicano expresó a la cadena MSNBC: “Creo que Ken Starr es un lunático; en verdad pienso que es un desastre. Realmente creo que Ken Starr era terrible”.
En aquel entonces, Trump apoyaba a Clinton; Starr escribió el denominado reporte Starr en 1998, que llevó al impeachment al demócrata. El documento enlistaba 11 posibles ofensas que justificaban el juicio, incluyendo abuso de poder, perjurio, manipulación de testigos y obstrucción de la justicia.