Ida tomó fuerza con rapidez esta mañana y se convirtió en un peligroso huracán categoría 4, horas antes de impactar la costa de Luisiana, en Estados Unidos, mientras las autoridades y equipos de emergencia se apresuran a abrir refugios para personas desplazadas pese a los riesgos de contagio de coronavirus.
Ida alcanzó la categoría 4 varias horas antes de lo previsto por el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés). El frente climático llegaba en la misma fecha que el huracán Katrina, que devastó Luisiana y Mississippi hace 16 años.
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El huracán ganó fuerza con rapidez a su paso sobre el Golfo de México, registrando vientos de 72 kilómetros por hora a la 01:00 horas, minutos después los vientos máximos de 230 kilómetros por hora.
El domingo temprano, el centro del sistema estaba unos 95 kilómetros al sur de la desembocadura del río Mississippi y 120 kilómetros al sur-sureste de Grand Isle, Luisiana. Se desplazaba hacia el noroeste a 24 kilómetros por hora.
Ida amenazaba a una región ya afectada por un brote de covid-19 impulsado por las bajas tasas de vacunación y por la contagiosa variante Delta del coronavirus.
Los hospitales de Nueva Orleans tenían previsto capear el sistema frontal casi a plena capacidad, ya que hospitales de otros lugares, sujetos a una presión similar de la pandemia del coronavirus, tenían poco espacio para pacientes evacuados. Y los refugios para personas que huían de sus hogares planteaban un riesgo adicional de convertirse en focos de infección.
El gobernador, John Bel Edwards, prometió ayer que la "resiliente y dura gente" de Luisiana, aguantaría la entonces tormenta. También sostuvo que los refugios reducirían su capacidad "para reflejar la realidad del covid".
Edwards dijo que las autoridades de Luisiana ya trabajaban para encontrar habitaciones de hotel para muchos evacuados, de modo que menos gente tuviera que alojarse en grandes centros. Afirmó también que durante la temporada de huracanes del año pasado, Luisiana encontró cuartos para 20 mil personas.
"De modo que sabemos cómo hacerlo. Espero y rezo porque no tengamos que hacerlo hasta ese nivel", dijo Edwards.
En la localidad costera de Gulfport, Mississippi, un refugio de Cruz Roja mostraba carteles con indicaciones para los evacuados junto con advertencias sobre el covid-19. Aún hacía sol, y apenas un puñado de personas habían llegado anoche.
La directora del refugio, Barbara Casterlin, dijo que se exigía a los trabajadores que llevaran cubrebocas. Se instó a los evacuados a hacer lo mismo. Cualquiera que se negara sería ubicado en una zona aislada, señaló, al igual que las personas enfermas.
Ida se fortaleció tan rápido que las autoridades de Nueva Orleans dijeron que no había tiempo de organizar una evacuación obligatoria de sus 390 mil habitantes. La alcaldesa, LaToya Cantrell, instó a los residentes a marcharse de forma voluntaria. Se recomendó a los que se quedaran que se preparasen para prolongados cortes de luz, en medio de un calor abrasador.
Las autoridades también insistieron en que los sistemas de diques y drenado que protegen la ciudad han mejorado mucho desde el Katrina. Pero advirtieron que aún era posible que se registrasen inundaciones, dadas las previsiones de hasta 61 centímetros de lluvia en algunos puntos.
OMZI