Lala, una Labrador de tres meses, irrumpió en la vida de Ufuoma George hace tres semanas, justo cuando se encerraba en su departamento como consecuencia de la pandemia de coronavirus.
La perrita, pensó, le haría compañía. Pero resultó mucho más que eso.
“Es duro estar sola”, dice George. “Pero con una mascota tienes alguien de quien cuidar, con quien jugar, que te saluda por la mañana. Alguien que te calma y de reconforta”.
Ya sea un perro, un gato o, sí, un erizo llamado Quillie Nelson, las mascotas están asumiendo un papel protagónico durante los confinamientos. Mucha gente acude a los albergues de animales en busca de algo que les ayude a pasar las horas.
Laura Evans, su esposo y sus tres hijos consiguieron a Zoe, una perrita de 12 semanas, luego de que comenzase la pandemia. Es una inquieta Yorkshire que necesita constante atención. Y la familia de Bethesda, Maryland, está feliz de dársela.
“Queríamos traer un poco de luz y de vida a la casa”, dijo Evans. “Es adorable. Todos quieren estar con ella”.
Nancy Karan, quien vive en un departamento de Nueva York, dice que saca a su perro Shadow a pasear para pasar un buen rato con otros dueños de perros, a una distancia prudente. De noche duermen juntos. “Es lindo tener su cuerpo en mi cama”, comenta.
En Houston, Quillie Nelson y otros animalitos hacen que Rachel Pavlik y sus dos hijos adolescentes tengan una rutina.
“Creo que tener una mascota en tiempos duros como estos le hace bien a toda la familia. Es bueno que los chicos tengan una sensación de normalidad y una responsabilidad, como tener que levantarse antes del mediodía para darles de comer a los animales”, expresó Pavlik.
Kitty Block, presidenta y CEO de la Humane Society de Estados Unidos, alentó a que más gente adopte animalitos a medida que se agrava la crisis.
“Libera espacio en los albergues para que puedan recibir a estos animales desplazados, cuyos propietarios están enfermos o tienen problemas financieros”, afirmó.
Los animalitos pueden ofrecer compañía, pero también generar algunas incomodidades. La entrenadora de perros Nicole Ellis, de Los Ángeles, del servicio Rover.com, dice que los dueños deben cansar a los animales antes de una conferencia vía Zoom o de una llamada importante.
“No los puedes culpar si te dicen ‘estoy aburrido’ si no han hecho nada durante el día. No es culpa de ellos”, sostuvo.
Ese no parece ser un problema para Squiggles. Dan Cohen, de South Orange, Nueva Jersey, dice que la lagartija le ofrece apoyo emocional a su hija Julia, de 13 años. El animalito tiene su propio chaleco y máscara.
“No queremos que contraiga el virus”, bromeó.
Aubrey Fine, psicóloga y profesora emérita de la Universidad Estatal Politécnica de California, dijo que la relación entre seres humanos y animales es mutualmente beneficiosa.
“En épocas de grandes desafíos, hay mucha bondad. Los animales tocan el alma de las personas y las personas tocan el alma de los animales”.
jamj