Donald Trump no solo quería ganar en New Hampshire, quería derrotar a Nikki Haley por un margen tan amplio que su única rival por la candidatura presidencial republicana abandonara antes de la siguiente contienda competitiva en Carolina del Sur, en un mes.
El ex presidente se impuso fácilmente a la ex gobernadora de Carolina del Sur el martes, pero su estrategia cuidadosamente elaborada para sacar a Haley de la carrera se quedó corta, negándole a Trump la oportunidad, por ahora, de centrar toda su atención en el presidente Joe Biden, y en las elecciones generales de noviembre.
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Trump, de 77 años, estaba furioso después de que Haley, de 52, prometió en un discurso seguir compitiendo, solamente dos días después de que el otro serio aspirante republicano, el gobernador de Florida Ron DeSantis, puso fin a su campaña.
"¿Quién demonios era la impostora que subió al escenario antes y que reclamó una victoria?", preguntó Trump a una multitud de seguidores en New Hampshire, y añadió: "No me enfado demasiado, me desquito".
Mientras hacía campaña en el nevado New Hampshire durante la semana pasada, Trump no perdía de vista Carolina del Sur, donde se celebrarán las próximas grandes primarias el 24 de febrero.
La campaña de Trump pasó semanas planeando una muestra de apoyo destinada a sacar a Haley de la carrera antes de la contienda de Carolina del Sur, dijo Jason Miller, un alto asesor de la campaña de Trump.
El senador Tim Scott abandona a Haley y va con Trump
El viernes, Trump se aseguró el apoyo de su antiguo rival, el senador estadunidense Tim Scott, de Carolina del Sur, que hizo campaña con él junto al gobernador del estado, Henry McMaster, y otros funcionarios estatales.
En un mitin de Trump el lunes, Scott dijo a Reuters que había estado indeciso entre apoyar a su antiguo rival o quedarse fuera de la carrera. Llamados telefónicos de Trump el 14 y 15 de enero le convencieron.
"Permanecer al margen no era lo correcto", dijo Scott, que fue nombrado senador por primera vez por Haley en 2013. El martes por la noche, apoyó a Trump durante su discurso de victoria e instó a Haley a abandonar.
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El momento de ese respaldo, apenas unos días antes de la votación de New Hampshire, tomó por sorpresa al equipo de Haley, según dos personas familiarizadas con el asunto que hablaron bajo condición de anonimato. Una de ellas, que habla regularmente con Haley, dijo que el anuncio de Scott "parecía diseñado para causar el máximo impacto".
"Realmente envía una señal de que el partido está unificado detrás del presidente Trump", dijo Miller a Reuters. "No hay ningún otro lugar al que Nikki Haley pueda ir. Es hora de que salga de la carrera".
Poner fin a la campaña de las primarias tan pronto sería una hazaña histórica para un candidato que no está en la Casa Blanca.
Haley sostiene que ella tendría las mejores posibilidades de vencer a Biden en las elecciones del 5 de noviembre.
"Esta carrera está lejos de haber terminado. Quedan docenas de estados. Y el próximo es mi querido estado de Carolina del Sur", dijo el martes. "Soy una luchadora y ahora somos los últimos en pie junto a Donald Trump".
Ella planeó un mitin el miércoles por la noche en Charleston, Carolina del Sur, y la directora de campaña Betsy Ankney dijo a los periodistas este fin de semana que la campaña había asegurado una compra de 4 millones de dólares en anuncios de televisión en el estado.
En un memorando publicado a primera hora del martes, el jefe de campaña de Haley argumentó que el Supermartes, el 5 de marzo, cuando 15 estados y un territorio estadunidense celebran primarias simultáneas, podría ser un punto de inflexión, ya que es probable que muchos estén abiertos a una alternativa a Trump dada su "demografía favorable".
Así fue la victoria de Trump en New Hampshire:
aag