El cohete Soyuz que transporta dos nuevos satélites de navegación Galileo, el 27 y el 28, despegó a las 00:19 horas GMT desde el puerto espacial de Kurú, en Guayana Francesa.
El lanzamiento se había pospuesto hasta en tres ocasiones desde el 2 de diciembre a causa de las condiciones meteorológicas en Kurú y otras circunstancias relacionadas con la falta de disponibilidad de un tipo de estación de seguimiento.
En el cuarto intento, planificado para hoy, finalmente el cohete Soyuz ha sido lanzado a la hora prevista (00:19 horas GMT) y se han puesto en la órbita terrestre los dos nuevos satélites.
Galileo, el sistema global de navegación por satélite europeo, tiene ya en órbita 26 satélites de primera generación; estos dos nuevos satélites de unos 750 kilogramos cada uno se sumarán a una constelación que presta servicios de navegación en todo el mundo.
Todos juntos ofrecerán nuevas ventajas para los usuarios, como una mayor precisión en el posicionamiento a la hora de usar aplicaciones como Google Maps o una mayor rapidez en la sincronización de los dispositivos con el sistema de satélites.
Galileo lanzó sus primeros vehículos experimentales en 2005 y 2008, y en la década siguiente fue poco a poco creando una constelación de satélites colocados en una órbita a 23 mil kilómetros de la Tierra.
El sistema comenzó a proporcionar servicios iniciales en diciembre de 2016 y en la actualidad son 22 satélites los que emiten señales de navegación. Hay otros cuatro en órbita, uno averiado que no se usa y tres que podrían servir de repuesto.
El objetivo es tener una constelación con más de 30 satélites en órbita en 2024, de los cuales, como mínimo, 24 sean operacionales para ofrecer más ventajas en servicios de geolocalización.
Pero también para el transporte aéreo, ferroviario y marítimo, para mejorar la búsqueda y el salvamento, para aplicaciones espaciales, ingeniería civil, agricultura o sismología.
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Estos son los de primera generación, pero la Agencia Espacial Europea (ESA) ya ha puesto en marcha las tareas de modernización del sistema Galileo. Los de segunda generación están en plena producción y la previsión es lanzar los primeros a finales de 2024, según la ESA.
Detrás de las tareas de seguimiento y control de Galileo está la empresa española GMV. Su director general de Espacio, Jorge Potti, ha señalado a una agencia de noticias que la segunda generación de satélites va a suponer una mejora significativa en prestaciones.
Estos serán mayores que los actuales y contarán con antenas de navegación más potentes, relojes atómicos a bordo más precisos y mecanismos que permitirán salvaguardar la integridad y seguridad de las señales de navegación.
"Con ellos, los usuarios dispondremos de un sistema que permitirá adquirir señales de navegación más rápidamente y con mayor precisión y fiabilidad. También posibilitará nuevas capacidades de comunicación bidireccional en casos de emergencias".
GMV lleva a cabo la vigilancia desde el centro de operaciones principal, en Oberpfaffenhofen, Alemania); y el centro de respaldo, en Fucino, Italia, junto a distintas estaciones de seguimiento que hay distribuidas por todo el mundo.
Según el contrato adjudicado por la ESA por valor de 250 millones de euros, GMV se hará cargo de las evoluciones, despliegue y mantenimiento del segmento control en tierra hasta 2022 (un total de tres años y medio).
"El programa Galileo es el mayor programa espacial jamás acometido por Europa y supone dotar a los estados miembros de la Unión de soberanía tecnológica sobre la provisión de servicios de navegación y tiempos, de los que depende más del 12% de la economía de la Unión", detalla Potti.
Para la industria espacial española supone una de sus principales fuentes de ingresos y desarrollo de tecnología, alcanzando el 20 por ciento del total de ingresos de la industria espacial española fabricante de ingenios espaciales y segmentos terrenos.
MjI